Seúl. Corea del Sur concederá esta semana la libertad condicional al multimillonario heredero de Samsung Lee Jae-yong, que ha pasado 18 meses en prisión por su papel en un enorme escándalo de corrupción que desencadenó protestas en todo el país y provocó la salida de la anterior presidenta del país.
El anuncio del lunes del Ministerio de Justicia, cuando quedaba un año en la condena de 30 meses de Lee, continúa con una historia de permisividad hacia los delitos de guante blanco de alto nivel y de trato preferencial para magnates condenados.
También empaña la imagen de reformista del presidente, Moon Jae-in, que tras ganar las elecciones anticipadas de 2017 prometió frenar los excesos de los "chaebol", los grandes conglomerados familiares surcoreanos, y poner fin a sus estrechos lazos con el gobierno.
Lee, que lleva en prisión dese enero, gestiona el grupo Samsung como vicepresidente de Samsung Electronics, uno de los mayores fabricantes de smartphones y chips de computadoras.
Fue condenado por sobornar a la entonces presidenta Park Geun-hye y a su confidente, que cumplen penas de prisión más largas, para obtener el apoyo del gobierno para una fusión en 2015 entre dos filiales de Samsung que afianzó su poder sobre el imperio corporativo.
Líderes empresariales y miembros clave del gobierno de Moon y del partido del gobierno han apoyado la liberación anticipada de Lee en los últimos meses, dado el papel crucial de Samsung en la economía del país y los crecientes desafíos que afronta en el mercado global de semiconductores.
Sondeos recientes han indicado que los surcoreanos, años después de las airadas marchas de 2016 y 2017, apoyan en su mayoría la liberación de Lee, lo que muestra la profunda influencia de Samsung en un país donde produce los smartphones, las televisoras y las tarjetas de crédito que utiliza la gente, los apartamentos donde viven y los hospitales donde nacen o mueren.