Kunduz. La gran ciudad de Kunduz, Sar-e-Pul y luego Taloqan, todas en el norte de Afganistán, cayeron ayer en poder de los talibanes, lo que eleva a cinco las capitales provinciales tomadas por el grupo en tres días.
En tanto, la Organización de Naciones Unidas y Estados Unidos pidieron a los talibanes “el cese inmediato” de los ataques.
Una prolongada guerra civil en Afganistán es más probable que una rápida toma del poder por parte de los talibanes, a medida que se acerca el retiro militar total de Estados Unidos, declaró Ryan Crocker, ex embajador de Washington en Kabul.
Se trata del más importante avance de la ofensiva militar de los talibanes lanzada en mayo pasado, cuando las fuerzas extranjeras presentes en Afganistán empezaron a retirarse del país.
“Tras feroces combates, los mujaidines, por la gracia de Dios, capturaron la capital de la provincia de Kunduz”, ubicada 300 kilómetros al norte de Kabul, y a 50 kilómetros de la frontera con Tayikistán, anunció el grupo radical en un comunicado.
En Sar-e-Pul, “los talibanes rodearon un batallón del ejército en las afueras de la ciudad y todas las demás partes de ésta están bajo control”, informó Mohamad Hussein Mujahidzada, miembro del consejo de la provincia.
Más tarde, los insurgentes se apoderaron de Taloqan, en la provincia de Tajar.
Una fuente de seguridad afgana afirmó que se retiraron de la ciudad “después de que el gobierno no consiguió enviar ayuda”.
Un habitante de la localidad, Zabihullah Hamidi, afirmó por teléfono a la agencia de noticias Afp que vio a las fuerzas de seguridad abandonar el lugar en un convoy. “Los talibanes están por todas partes”.
En los últimos tres meses, aprovechando el retiro de las tropas extranjeras, los talibanes controlaron enormes zonas rurales, y ahora centran su ofensiva en las grandes ciudades.
Los insurgentes ya se apoderaron el sábado de Sibargan, capital de la provincia de Jawzjan, un día después de llegar a Zaranj, capital de la provincia de Nimroz, cerca de la frontera con Irán.
“Es el caos total”, afirmó Abdul Aziz, residente de Kunduz.
A finales de junio, los talibanes conquistaron el importante puesto fronterizo de Shir Khan Bandar, que linda con Tayikistán, eje neurálgico para las relaciones económicas con Asia central.
El Ministerio de Defensa afirmó que las tropas gubernamentales estaban intentando retomar zonas claves de Kunduz. La caída de esta ciudad “es importante, pues liberará a un gran número de combatientes talibanes, que podrán ser movilizados a otros lugares del norte”, señaló en declaraciones a la agencia de noticias Afp, Ibraheem Thurial Bahis, consultor del gabinete International Crisis Group.
“Estas ofensivas son para crear un clima de pánico”, aseguró a la cadena ABC el ex embajador Crocker.
En las redes sociales, se publicaron imágenes este fin de semana de lo que parecían ser prisioneros talibanes liberados en las ciudades que los insurgentes acababan de tomar.
Muchos afganos viven con temor la posibilidad de un retorno al poder de los talibanes, que gobernaron Afganistán entre 1996 y 2001 imponiendo un severo régimen islámico, antes de ser expulsados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.