Washington. Autoridades estadunidenses se comprometieron el lunes a revisar de nuevo los documentos de la investigación sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 que pudieran ser desclasificados, una petición de familiares de las víctimas, que culpan a Joe Biden de no cumplir sus promesas de transparencia.
En un documento enviado a los jueces de Nueva York este lunes, el FBI explicó que había "decidido reexaminar" su petición hecha en el pasado para retener ciertos documentos sensibles, con el fin de "identificar qué información adicional sería apropiado hacer pública".
La policía federal añadió que "hará pública esta información de forma progresiva y lo más rápidamente posible".
El compromiso del FBI forma parte de una batalla legal de las familias de las víctimas del 11-S contra Arabia Saudita y otros países a los que acusan de complicidad en el atentado.
Desde los ataques, las administraciones estadunidenses han invocado el secreto de Estado para retener determinados documentos.
Biden dijo poco después en un comunicado que "acogía con satisfacción" la decisión de revisar la clasificación de ciertos documentos.
"Como prometí durante mi campaña, mi administración se compromete a garantizar el mayor grado legal de transparencia y a respetar las rigurosas normas promulgadas (durante el mandato del demócrata Barack Obama) sobre la invocación del secreto de Estado", dijo.
Este anuncio se produce a poco más de un mes de la conmemoración del 20 aniversario de los atentados contra las torres gemelas del World Trade Center y el Pentágono. Entre los actos habrá una ceremonia en Nueva York a la que asistirá Biden.
A finales de la semana pasada, las familias de las víctimas, los supervivientes de los atentados y los miembros de los equipos de rescate publicaron una carta en la que advertían que el presidente demócrata no sería "bienvenido" a la ceremonia si no "cumplía su promesa".
La carta pide la publicación de todos los documentos que, según los firmantes, demuestran la participación saudí en los atentados.
La carta fue firmada por unas mil 700 personas, según los medios de comunicación estadunidenses.