En el primer semestre del año los ingresos presupuestarios del sector público federal ascendieron a 2.931 billones de pesos, 3.5% más de lo presupuestado, y los gastos netos a 3.93 billones, 0.5% más (Gráfico 1). La diferencia entre ambas cifras arroja un déficit de -261 mil 800 millones, cifra que al restarle el superávit de los organismos bajo control indirecto de 30 mil 600 millones nos da un balance público de -231 mil 200 millones, déficit 111 mil 600 millones inferior al presupuestado. Quitando el costo financiero de la deuda, se obtuvo un superávit primario de 104 mil 200 millones, tres veces el programado.
Respecto a 2020, el ingreso presupuestario semestral fue 7.3% mayor en términos reales y el gasto neto 4.1% superior.
De los ingresos presupuestarios, los petroleros fueron -8.2% inferiores a lo programado, y los no petroleros 5.8 mayores. De estos, los tributarios fueron 0.3% mayores.
Del gasto neto semestral (3.193 billones), el Poder Legislativo ejerció 5 mil 300 millones de pesos, -40.2% abajo de lo programado; el Judicial 26 mil 700 millones, -23.5%; y el Ejecutivo 2.809 billones, 3.2% más de lo presupuestado (Gráfico 2). Destaca el aumento del gasto ejercido sobre el programado en las secretarías de: Hacienda 49.3, Salud 15.4%, Energía 148.1%, y Bienestar 26.3%. Pemex gastó -2.7% abajo de lo presupuestado y la CFE 20.5% más. El costo financiero de la deuda fue de 353 mil 400 millones, -6.4% abajo de lo programado.
La inversión física (infraestructura, construcciones y equipo) del sector público ascendió en el semestre a sólo 314 mil 043 millones, -8.3% abajo de 2020 (Gráfico 3). Por rubros la inversión de Gobierno ascendió a 22 mil 046 millones y aumentó 64.3% (de ella, la de Seguridad Nacional aumentó 81.9%); la inversión para Desarrollo Social totalizó 113 mil 385 millones cifra -5.0% inferior a la de 2020; y la destinada a Desarrollo Económico fue de 178 mil 612 millones, -14.8% inferior.
La deuda total documentada del sector público federal pasó en términos brutos (lo que se debe) de 12.441 billones de pesos en diciembre 2020 a 12.889 billones en junio 2021, esto es, un aumento de 448 mil millones atribuibles básicamente a Pemex, CFE y banca de desarrollo. Como porcentaje del PIB (estimación del segundo trimestre, anualizado), la deuda bruta bajó de 50.2% en diciembre a 49.9% en junio. De la deuda total, la interna se ubicó en 8.397 billones de pesos y la externa en 227 mil millones de dólares (Gráfico 4).
Encausar el desarrollo es tarea del Estado como bien ha dicho el nuevo secretario de Hacienda, pero no a través de esa secretaría. El monetarismo neoliberal desapareció Programación y Presupuesto (la rectoría económica planeada del Estado) para pasar ésta al “libre mercado”. Así nos ha ido, nos va, y nos seguirá yendo si no corregimos.
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