Ciudad de México. A un día de que se conmemore el 40 aniversario de la desaparición forzada de Carlos Leoncio Balerini García en Tegucigalpa, Honduras, la organización Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.) México se manifestó este sábado afuera de la embajada de ese país en esta capital.
Carlos Leoncio Balerini García nació el 12 de febrero de 1952, en Buenos Aires, Argentina. Fue militante político en la Juventud Comunista, en la FAL América en Armas y la Organización Comunista Poder Obrero, en su país.
Tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, se tuvo que exiliar en México. Desde aquí se integró, junto a su amigo José Morales, al Frente Sur del Frente Sandinista de Liberación Nacional y posteriormente a la organización Resistencia Nacional, una de las agrupaciones que integraron el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) salvadoreño.
Al momento de su desaparición, Balerini García colaboraba en ésta última organización.
Las jornadas para conmemorarlo comenzaron ayer viernes, con un conversatorio que se pudo ver en el Facebook de H.I.J.O.S. México en el participaron varios de sus compañeros de militancia: Oscar González, político y periodista; José Sbezzi, integrante del FSLN YFMLN, Claudia Eighember, amiga de la adolescencia, María Luz Casal, compañera de Carlos Leoncio y su hijo Emiliano Balerini Casal.
Este sábado, el colectivo realizó una empapelada al cubrir las rejas del lugar con imágenes de Balerini García y frases impresas en papel carta, en las que se podía leer: "¿Dónde está?", "Juicio y Castigo", "A 40 de su desaparición forzada".
Además de las imágenes del ex militante político, en las rejas se colocaron de fotografías de objetos que dejó tras su desaparición, como: documentos personales, identificaciones oficiales, una cantimplora, una lámpara, un dige, una maleta, un martillo hecho con piedra y unas boleadoras.
Los integranrtes de H.I.J.O.S. México entregaron una carta, escrita por Emiliano Balerini Casal, y una serie de fotografías a los policías que custodiaban la sede diplomática:
En la carta se destaca que Carlos Leoncio Balerini García fue detenido el 8 de agosto de 1981, en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras, por integrantes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) de ese país, en las inmediaciones del estadio de futbol, y acompañado por los niños Marisol y Antonio Villalta, de 8 y 5 años, respectivamente.
"Al momento de su desaparición mi padre usaba el seudónimo de Jorge Manuel Morales Alvarado y la nacionalidad ecuatoriana, por cuestiones de seguridad. Sin embargo, él nació el 12 de febrero de 1952 en Buenos Aires, Argentina", dice en la carta su hijo Emiliano Balerini.
"Lxs niños eran hijxs de una compañera de mis padres, Yanira Yillalta, que también fue secuestrada junto a varias personas más en una Plaza Comercial de la misma ciudad", comenta.
Todos colaboraban con la organización salvadoreña Resistencia Nacional (RN), del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). De hecho, el operativo en el que fueron secuestrados se realizó entre el 5 y 8 de agosto en tres ciudades: Tegucigalpa, San Pedro Sula y San Lorenzo, explica.
"Mis padres y yo llegamos a Honduras en marzo de 1981. Durante varios meses vivimos en esa ciudad hasta el día de el secuestro de él y posterior desaparición. Lo único que hemos sabido en estos 40 años es que sus captores lo llevaron al Primer Batallón de Infantería", se destaca en la carta.
"Mi madre y yo también fuimos secuestradxs en nuestra casa unas horas, por un grupo de personas vestidas de civil y que se identificaron como policías", relata.
Como en ese momento las fuerzas armadas hondureñas recibían asesoría militar y civil argentina en materia de inteligencia y contrainteligencia urbana, la familia de Balerini García sostiene que las Fuerzas Armadas de ese país lo entregaron a uniformados argentinos, entre los que se encontraban José Osvaldo Ribeiro y José Hoya.
"El Estado hondureño y argentino son responsables de su secuestro. La desaparición forzada es un delito continuado, por lo tanto no prescribe y hasta que él no aparezca, sus gobierno, cualquiera sea su signo político, sigue siendo responsable del hecho", descarta la misiva.
El caso de Balerini García está en manos de la justicia de Argentina, que evalúa si lo integra a la Megacausa de Campo de Mayo, lo cual sentaría un precedente histórico, ya que podría concretarse oficialmente la participación militar y de agentes de inteligencia cil argentinos en Honduras y otros países centroamericanos.
Asimismo se está evaluando si se puede llevar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).