Los Cabos, BCS., El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó que los ministros no quieran la continuidad de Arturo Zaldívar en la presidencia de la Suprema Corte (SCJN). La presencia del abogado –dijo– es necesaria para llevar a cabo una reforma urgente en el Poder Judicial, “porque jueces, magistrados, ministros, están echados a perder”.
Al hablar ante la prensa de temas políticos, el mandatario también refrendó que enviará una iniciativa de reforma constitucional en materia electoral, porque el tribunal “ha sido una vergüenza desde tiempo atrás” y es su obligación, como jefe del Ejecutivo, proponer un cambio a fin de que llegue gente honesta, verdaderos jueces, verdaderos demócratas y no los más abyectos. Pero si los legisladores rechazan este cambio a la Carta Magna, “que quede constancia de que no quieren la democracia”, sentenció.
Una hora antes de que Zaldívar diera a conocer públicamente que rechazaba la ampliación de su mandato, López Obrador habló entre líneas. Se limitó a señalar que el ministro “es una gente honrada, seria, responsable, por eso no lo quieren sus mismos compañeros, que vienen del antiguo régimen, con las mismas prácticas, los mismos vicios”.
Por ello es lamentable “que no quieran” al jurista, porque él podría encabezar el cambio para un Poder Judicial que ahora “está podrido”, frente a una instancia supervisora (Consejo de la Judicatura) lento, sin pasión, burócrata y aburguesado.
Y aunque el mandatario dice constantemente que su pecho no es bodega, esta vez sí se guardó la noticia que daría minutos después el ministro presidente, con quien desayunó el jueves.
–¿El ministro Zaldívar no alargaría su periodo para concluir la reforma? –se le preguntó.
–Está muy difícil porque predominan los ministros del antiguo régimen –indicó.
–¿Es casi imposible?
–Es muy difícil (…) Los machuchones no quieren que se limpie el Poder Judicial.
Cuando se le pidió más información del encuentro, López Obrador habló de manera escueta, salvo el comentario de que tuvieron un suculento menú: “unos chanchamitos, sí, tamales de frijol y plátanos fritos y chocolate”.
Si bien hablaron del zaperoco (pleito) en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), reiteró lo divulgado en días anteriores en el sentido de que la Suprema Corte no tiene facultades para intervenir porque los magistrados fueron nombrados por la partidocracia, y ese origen derivó ahora en una “descomposición tremenda”. “Es que hicieron un Frankenstein”.
Entonces reiteró lo dicho la víspera: deberían renunciar todos y que ya no metan la mano los partidos, porque cuando se integró este tribunal, la mitad los propuso un partido y la mitad otro, “ya ven cómo eran los enjuagues antes... y es lo mismo que requiere el INE porque está igual”.
El jefe del Ejecutivo federal lamentó que los mismos ministros que ahora alegan inconstitucionalidad en la ampliación del mandato de Zaldívar fueron los mismos que ampliaron el periodo a los magistrados electorales.
Sin embargo, López Obrador dejó en claro que no se meterá en estos asuntos por respeto a la autonomía de los poderes, cuyos integrantes ya no son, como lo dijo alguna vez el finado dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, “soldados del Presidente” de la República.
