Ciudad de México. Inmerso en la más grande crisis institucional reciente en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el nuevo magistrado presidente, Reyes Rodríguez, ofrece que con su designación se inició un proceso de “reconstrucción institucional”, después de nueve meses de “desgaste” bajo la gestión de José Luis Vargas, donde se buscó incluso alterar algunas resoluciones y llegó a su punto más álgido con las imputaciones de “manada” a los cinco magistrados que a la postre lo depondrían, para designarlo en su lugar.
“Hay límites en la dignidad institucional”, dice sin titubear Rodríguez Mondragón.
–¿Era impostergable la decisión?, están en proceso de resolver impugnaciones de la elección de junio.
–Complicado definir tiempos para tomar decisiones difíciles. Momentos ideales nunca habrá. Si se dice que encontremos un periodo de calma, no sé si lo haremos, porque el TEPJF debe resolver una gran cantidad de asuntos.
Transición, a “mediano plazo”
En entrevista con La Jornada, el magistrado disipa las dudas de su designación y asume que la transición no se concretará de inmediato. Será un proceso “que se concretará en el mediano plazo”, que deberá acompañarse con “mucha paciencia, generosidad, humildad, apertura. Esas son las herramientas para construir diálogo con todos los magistrados para poder resolver en el plazo más corto posible.
–¿Cuál es la situación de Vargas?
–Es magistrado.
–La Suprema Corte admitió su recurso.
–Esa situación depende de la Corte. Lo hizo en el ejercicio de su derecho, de manera libre, y lo respetamos. Presenta este documento en la Corte y ellos son los facultados y competentes para darle trámite.
Para Rodríguez, calificar de manada a los magistrados sólo fue el colofón de una descomposición de la vida interna: difícil mantener la deliberación institucional luego de una sesión en la que el respeto y la cortesía entre pares estuvo cuestionada, cuando nos llama manada a una mayoría. Hay límites.
Relata que “la reputación institucional no se puede poner en riesgo por errores de quienes los integramos. Como personas todos podemos cometer errores, pero tenemos la obligación de repensar cómo estamos cumpliendo la función”.
–¿Se tocó fondo con el calificativo?
–Fue resultado de una cadena de acontecimientos sucesivos y que incluso el miércoles se reflejó en la suspensión unilateral de una sesión en la que teníamos la obligación de resolver juicios electorales.
Tras referir que desde el jueves han mantenido una intensa comunicación con el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, subrayó que en la reunión que sostuvieron hubo un consenso: preservar la institucionalidad.
–¿Con la entrega-recepción se concreta la transición a su presidencia?
–Las transiciones no son de un día. El miércoles hubo un acto jurídico que el ministro presidente refrendó salvaguardando la autonomía e independencia del Tribunal. Nos respalda en ese sentido. Hoy (ayer) tuvimos un acto administrativo reflejo del profesionalismo que hay en los servidores del TEPJF.
–¿Pesaron las indagaciones judiciales sobre Vargas en las decisiones?
–No tiene que ver con el desgaste institucional, no está relacionado con la vida interna del tribunal.