En julio, la industria automotriz en México registró una venta total de vehículos ligeros de 82 mil 157 unidades, la menor cantidad desde febrero de este año, lo que representó una caída mensual de 7.4 por ciento y un incremento anual de 12.7 por ciento, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Inegi dio a conocer este miércoles el avance de las ventas al público en el mercado interno, según el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (Raiavl). La comercialización mensual de vehículos cayó en julio, después de dos meses de crecimiento, en un contexto de incremento en los contagios de Covid-19 y de que los niveles de empleo e ingreso, por debajo de los niveles previos a la pandemia, no animó la demanda de vehículos, según analistas.
Las ventas todavía están 21 por ciento por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, en febrero de 2019, cuando se comercializaron 104 mil unidades, y de 22.6 por ciento contra julio de hace dos años, cuando se demandaron 106 mil 104 vehículos.
En los primeros siete meses del año se vendieron 602 mil 681 vehículos ligeros en México, lo que representó un aumento de 18.3 por ciento respecto del mismo periodo de 2020, pero una caída de 6.8 por ciento al cierre de julio de 2019.
“Julio reflejó moderación ante la recuperación paulatina que presentó el mercado durante 2020. Se prevé que esta situación continúe los próximos meses con un crecimiento en el mercado interno que pueda cerrar el año con cerca de un millón 72 mil 411 unidades vendidas, para un crecimiento de 13 por ciento respecto de 2020”, confía Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Al cierre del séptimo mes del año, algunas automotrices mostraron un crecimiento en ventas de doble dígito, como Hyundai, con 28 por ciento; Ford, 20 por ciento; KIA, 26; Mazda, 56; Mitsubishi, 39, y Renault, 16 por ciento.
De acuerdo con James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CIBanco, la recuperación que se ha dado del empleo y del ingreso está por debajo de los niveles previos a la crisis sanitaria, por lo que genera un consumo menor.
“Se agrega una pérdida en el poder adquisitivo, pues aunque se ha recuperado el nivel de empleo, muchos de ellos con salarios más bajos de los que se tenían antes de la pandemia, también está el tema de la inflación, que aunque no está en alerta roja, sí ha mermado el ingreso disponible de las familias.
“Aunado a lo anterior, la expectativa de una mayor tasa de interés va a tener implicación en todas las tasas en México, incluyendo el crédito al consumo (automotor), y aunque se siguen observando aumentos en términos anuales es por el efecto de la base comparativa, por lo que los niveles antes de la crisis se recuperarán hasta el próximo año”, prevé Salazar.