Sin medallas olímpicas, pero con muchas satisfacciones por haber brindado sus mayores esfuerzos en Tokio 2020, retornaron un grupo de atletas mexicanos, encabe-zados por Alexa Moreno, la gimnasta que quedó a un paso del podio en la prueba de salto y que aún no decide si continuará hasta París 2024, y el clavadista Rommel Pacheco, quien puso fin a su carrera deportiva y se iniciará en la política.
Alexa, quien fue apresuradamente sacada de la terminal aérea por su representante, se detuvo sólo un momento para comentar sobre su competencia, en la que, a pesar del resultado y de las apreciaciones de los jueces que la mandaron al cuarto lugar, se mostró satisfecha por su desempeño.
“Me sentí muy bien, confiada, segura, tranquila, creo que hice mi mejor trabajo y lo disfruté muchí-simo. Fue un mejor resultado del que esperaba, la verdad no pensé que me fuera a ir tan bien y, obvio, siempre quedar tan cerca del tercero…, pero estuvo bastante bien.”
Sobre la sensación colectiva de que los jueces no fueron justos con ella, señaló “que eso ya está fuera de mí; la verdad me siento muy bien con lo realizado, no cambiaría nada, no me arrepiento de nada, creo que mi preparación fue la que tuvo que ser, y pues ya, así salió el resultado”.
Respecto de su posible retiro, la bajacaliforniana admitió que uno de sus objetivos es recibirse de arquitecta, y respondió sonriente, cortando la entrevista: “Tengo que meditar muchas cosas”.
Antes de subirse a su transporte, añadió su opinión sobre el caso de la estadunidense Simone Biles, al señalar que los problemas mentales “a todos nos afectan, creo que simplemente le pasó en el momento menos indicado; sin embargo, la única que sabe realmente lo que está pasando es Simone. No sé si tomó la decisión o la tomaron por ella (dejar las finales), pero tiene mucha presión, porque está todo el mundo encima de ella”.
Rommel, en cambio, se brindó sin restricciones ante cámaras y micrófonos. “Me despedí en Juegos Olímpicos, en el mejor escenario posible, siendo abanderado, en una final, en sexto lugar. México y yo hubiéramos querido que esa medalla estuviera en mi cuello el día de hoy, pero sé que conmigo vivieron esa bonita emoción y experiencia, y de verdad me voy pleno y feliz”, manifestó el clavadista yucateco de 35 años, quien participó en su cuarta y última justa veraniega, luego de Atenas 2004 (dos décimos lugares), Pekín 2008 (un octavo) y Río 2016 (quinto y séptimo).
“¿Qué viene de ahora en adelante?, pues darle vuelta a la página de los clavados, pero del deporte no, siempre me voy a seguir haciendo ejercicio, hay que mantener estos cuadritos para las fotos de Instagram”, bromeó.