París. La exposición a un cóctel de agroquímicos aumenta netamente la mortalidad de las abejas, una situación subestimada por las autoridades encargadas de regular la comercialización de estos productos, según un estudio publicado ayer.
De acuerdo con la ONU, las abejas polinizan 71 de las 100 especies cultivadas que proporcionan 90 por ciento de los alimentos del mundo. En los años recientes, el colapso de las poblaciones de insectos polinizadores, muy vulnerables a los pesticidas, amenaza la producción agrícola.
El estudio, publicado en la revista Nature, recoge decenas de investigaciones divulgadas durante los pasados 20 años. Se centra en las interacciones entre los agroquímicos, los parásitos y la desnutrición que afectan el comportamiento de las abejas.
Los expertos concluyeron que es probable que el efecto combinado de diferentes pesticidas y otros productos químicos sea mayor que la suma de los efectos de cada uno.
Estas “interacciones entre múltiples agroquímicos aumentan significativamente la mortalidad de las abejas”, señaló Harry Siviter, coautor del estudio, de la Universidad de Texas.
“Los reguladores deben considerar las interacciones entre los agroquímicos y otros factores ambientales estresantes antes de autorizar su uso”, precisó.
Los resultados del estudio “muestran que el proceso regulatorio no protege a las abejas de las consecuencias indeseables de la exposición a múltiples niveles de los agroquímicos”.
Sin cambios, habrá un “continuo declive de las abejas y de los servicios de polinización que brindan, en detrimento de los humanos y la salud de los ecosistemas”, añadieron.
En 2019, los científicos advertían ya que casi la mitad de las especies de insectos del mundo están en peligro y un tercio podría extinguirse a finales de siglo.