Ciudad de México. El Estado “tiene la responsabilidad de promover y encauzar el desarrollo económico nacional”, definió Rogelio Ramírez de la O durante su comparecencia ante el Congreso de la Unión.
Antes de ser ratificado como el tercer secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de la actual administración, dijo tener la encomienda de profundizar y consolidar la transformación del proyecto económico que inició en diciembre de 2018, pero reclamó el derecho, como titular de la gestión de las finanzas públicas del país, de tener voz y voto en Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dado el impacto fiscal de ambas empresas.
Ante los legisladores ratificó que con el Paquete Económico 2022 se presentarán ajustes al marco tributario del país, pero no habrá alza de impuestos; que se realizará un manejo “escrúpulo, milimétrico” de la deuda para que no rebase los límites fijados por el Congreso ni aumente respecto del producto interno bruto (PIB) y que el gasto seguirá bajo los cauces de austeridad, “no pueden operar estructuras públicas onerosas en un país con las desigualdades que tiene México”.
Aseguró que mantendrá “los principales pilares que definen económicamente a esta administración” y enlistó: “la vocación social del Estado, la estabilidad macroeconómica, la austeridad republicana, el desarrollo productivo nacional, el apoyo al sector energético nacional, el impulso a la inversión y la potenciación de la banca desarrollo”.
Ramírez de la O –antes de ser secretario de Hacienda, consultor por décadas en el sector privado– definió que el Estado “debe alentar con decisión el crecimiento económico y la creación de empleos. Mitigar las condiciones de precariedad con bases sólidas para fomentar la inversión y focalizar el capital humano (…) con el objetivo de un desarrollo económico incluyente”.
En su intervención anunció que la SHCP estima un crecimiento para 2021 de 6 por ciento, por debajo de la estimación anterior de 6.5 e incluso más cauto que el 6.3 por ciento reportado por el Fondo Monetario Internacional la semana pasada. Lo mismo para el siguiente año, mientras el Fondo prevé un crecimiento de 4.2 por ciento, la secretaría a cargo de Ramírez de la O proyecta 3.6.
Además de dirigir las finanzas públicas sobre lo hecho por dos secretarios anteriores, Ramírez de la O delineó sus prioridades: contribuir a la inserción laboral con seguridad en unidades económicas de todo tamaño; promover prácticas comerciales en igualdad de oportunidades, “que nos lleven a una menor dependencia de mercados externos y mayor consumo local”; apoyar todas las acciones del Ejecutivo para lograr precios equilibrados en la producción, y procurar una simplificación administrativa y regulatoria para negocios.
Con esta pauta, recalcó que no se crearán nuevos impuestos. “La transformación tributaria que buscamos está centrada en la simplificación, pues los contribuyentes pequeños y medianos no pueden cumplir con sus obligaciones con el sistema tributario complejo y costoso como el que tenemos actualmente”. En ese sentido, se seguirá combatiendo la evasión y se promoverá el cumplimiento “sin esconder impuestos mediante sistemas complejos y poco transparentes”.
Ramírez de la O dijo que el “diálogo continuo con el sector privado es y será determinante”, y en ese sentido un tercer paquete de infraestructura de la mano con la inversión privada está por anunciarse, e incluirá proyectos de energía. Sobre el par de anuncios que se hicieron al cierre del año pasado, dijo que 204 mil 875 millones de pesos están en obra o concluidos.
A pregunta expresa sobre las condiciones que puso para tomar el cargo en Hacienda, Ramírez de la O reconoció que su petición fue estar informado y tener voz “en todo lo que tiene impacto fiscal”. Así que la participación en Pemex y la CFE, “sí fue una solicitud explícita, aunque yo sabía que en realidad estaba implícita porque para que quiere (el Presidente) un secretario que no se interese en los impactos fiscales”.
Tras recalcar que la petrolera estatal se recibió endeudada y con una producción en declive, reconoció que ahora “la situación de Pemex sigue siendo delicada”, pero “sí podemos estabilizar la empresa desde el punto de vista financiero”. Sin embargo, este saneamiento ha requerido muchos sacrificios para las finanzas públicas así que “voy a reclamar mi parte en esa coordinación, porque sé que es un tema muy importante”.