Tokio. Simone Biles conjuró los “demonios de su cabeza” y lo remedió con algo menos opresivo que sostener el peso del mundo sobre sus hombros. Un bronce. La superestrella de la gimnasia estadunidense ganó su séptima medalla olímpica, la segunda en Tokio, con una tercera plaza en la final en viga de equilibrio, una semana después de retirarse de varias pruebas para cuidar su salud mental y resolver aquello que le impedía girar en el aire. En el último día de competencia en el Centro de Gimnasia de Ariake reapareció y sonreía.
“Lo hice por mí y estoy orgullosa de haber sido capaz de competir una vez más”, compartió Biles, una vez controlados sus problemas de angustia para participar en la última final olímpica.
“Somos seres humanos, no sólo atracciones, y pasan cosas por detrás de las que la gente no tiene ni idea”, dijo al informar que también había perdido a su tía hace dos días.
Biles ejecutó a la perfección una versión ligeramente más sencilla de su rutina habitual ante un público que incluía al presidente del COI, Thomas Bach. El bronce, con el que revalidó el puesto conseguido hace cinco años, la iguala a Shannon Miller como las gimnastas estadunidenses más laureadas.
“Esta se siente mejor que la medalla de bronce en viga de Río, porque hice una buena rutina.”
Tras su ejercicio, con una salida sin giros en el aire, obtuvo una puntuación de 14.000. Fue suficiente para subir al podio detrás de las chinas Guan Chenchen, oro con 14.633, y Tang Xijing, que se quedó con la plata con 14.233 puntos.
“Estaba nerviosa pero me sentí bastante bien”, añadió Biles en aparente paz consigo misma.
La estrella estadunidense rechazó competir en las finales recientes porque atravesaba un mal momento de salud mental y sufría un bloqueo conocido en la gimnasia como “twisties”, o episodios de desorientación que impiden controlar la noción del espacio en relación con el suelo, y se retiró del programa completo individual y de aparatos, a excepción de la viga de equilibrio.
“Necesito procesar estos Juegos Olímpicos”, afirmó la gimnasta al finalizar su paso por Tokio.
En otros resultados de la jornada, el chino Zou Jingyuan se coronó campeón en paralelas tras recibir una puntuación de 16.233, la más alta en los nueve días de competición. En el podio estuvo escoltado por el alemán Lukas Dauser, plata con un ejercicio de 15.700 puntos, y por el turco Ferhat Arican, que fue tercero.
En la barra fija, el japonés Daiki Hashimoto se colgó el oro tras superar al croata Tin Srbić y a Nikita Nagorni, del Comité Olímpico de Rusia, playa y bronce, respectivamente.