El Teatro de la Danza Guillermina Bravo reabre al público con la temporada ¡Ole! Agosto mes del flamenco, con cinco compañías e igual número de estrenos, en los que impera la esperanza frente a la actual crisis sanitaria.
En rueda de prensa virtual, enca-bezada por Laura Ramírez Rasgado, subdirectora general del Institu-to Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Nina Serratos, coordinadora Nacional de Danza, expresó que se podrán ver piezas tradicionales y propuestas vanguardistas.
Lourdes Lecuona, quien ofrecerá un espectáculo infantil los fines de semana, agradeció el rescate del flamenco, cuya tradición “a lo largo del tiempo se fue desdibujando”. La danza, recordó, “requiere una conexión energética a diferencia, tal vez, de otro tipo de manifestación artística. No podemos dejar de lado los retos para trabajar en estos tiempos en el campo de la danza que requiere de contacto. Hay retos como abrir espacios al aire libre para que podamos seguir trabajando, mientras dure la pandemia”.
La pieza infantil La caracola y el lagarto, danza para la infancia, que ofrecerá la Compañía Caña y Candela Pura, de Lecuona, tiene que ver con la obra de Federico García Lorca en que evoca a su niñez.
María Elena Anaya, bailarina y coreógrafa, estrenará el espec-táculo Re-vivir, del 5 al 8 de agosto. Representa una “vuelta a la vida” ya que ante la pérdida de familiares y seres queridos “la danza nos ha mantenido vivos. Queremos mostrar esa vida que tenemos”. La coreografía, creada junto con el bailarín de danza contemporánea Luis Ortega, “nos ha permitido enlazar los dos lenguajes. Iniciamos con un réquiem, un homenaje respetuoso a todas las personas que perdieron la batalla en esta pandemia, aunque por otro lado es un festejo de gozo, al poder continuar en este viaje”.
Puntales del cante se llama la obra que Ricardo Rubio ofrecerá del 12 al 15 de agosto. Es el resultado de un segundo apoyo del Sistema Nacional de Creadores, en que el bailarín y coreógrafo decidió trabajar “los imaginarios femeninos, es decir, la ruta del cante y de los procesos místicos, entendido como el misterio que sucede en el cuerpo cuando uno baila”.
La obra es un solo. “El flamenco tiene una amplia tradición de invocar y evocar a esta energía que llamamos duende. Desde mi formación en el Instituto Mexicano de Flamencología, con Patricia Linares, siempre me he preguntado qué es el duende, cómo se convoca. Ahora decidí adentrarme en el trabajo de la intuición que tiene mucho que ver con el flamenco y los procesos de improvisación y la relación del cante con el cuerpo”, dijo el director de INTERflamenca.
Éricka Suárez, directora de Artífice, estrenará La espera los días 19 al 22. Empezó a concebir la pieza antes de la pandemia; sin embargo, un detonante para su creación fue “esta espera que nos ha hecho encerrarnos en casa a ver qué pasa, hacia dónde vamos, ver qué esperamos. Una serie de cuestionamientos que la pandemia ha potencializado”.
Es una obra de flamenco experimental, aunque Suárez gusta llamarle “un hecho escénico que tiene como lenguaje la danza flamenca”.
Patricia Linares presentará De oro y plata, del 26 al 29 de agosto, espectáculo que busca la conexión existente entre el origen y la actualidad del flamenco. Para esto ha escogido cuatro palos, o estilos del cante, que han quedado en el olvido, aunque tienen “cargas emocionales que ayudan a compartir lo que es tu ser con el del espectador. Voy a abrir con una canción que representa esperanza, que es lo que necesitamos ahora”.
Nina Serratos agregó que el 17 de agosto, a las 20 horas, en el contexto de los 75 años del Inbal, se llevará a cabo una gala dedicada a la bailarina Cora Flores, también en el Teatro de la Danza.