Río De Janeiro., Miembros de varios partidos políticos de Brasil solicitaron al Tribunal Superior Electoral (TSE) exigir explicaciones al presidente Jair Bolsonaro por sus acusaciones sobre un presunto fraude electoral en el país.
Tras años hablando de “fraude”, el mandatario brasileño admitió el jueves carecer de pruebas sobre dichas acusaciones. Por ello, 11 partidos presentaron la solicitud, para que el presidente explique por qué arremetió contra las máquinas de votación electrónica.
Bolsonaro habría mostrado en un video noticias y videos “falsos” que ya habrían sido desmentidos en reiteradas ocasiones por organismos oficiales, de acuerdo con información del portal de noticias G1.
“A los que me acusan de no presentar pruebas, les devuelvo la acusación. Presenten pruebas de que no es defraudable”, declaró Bolsonaro en un momento. No hay forma de demostrar que las elecciones no fueron amañadas, insistió. “No tenemos pruebas, lo dejo muy claro, pero hay indicios de que en la votación para senadores y diputados puede pasar lo mismo. ¿Por qué no?”, preguntó.
Los partidos han acusado al mandatario de criticar a la oposición, así como a diputados y senadores que se muestran contrarios a sus intereses. También lo señalan por haber cometido presuntamente “numerosos delitos contra el titular del Tribunal Superior Electoral”.
La solicitud también apunta a que el presidente “busca desacreditar los pilares democráticos” del país y dañar la fiabilidad de unas elecciones que garantizan la alternancia democrática en estricto reflejo de la voluntad popular.
En tanto, miles de personas se manifestaron ayer en apoyo a Bolsonaro, y para protestar contra el sistema de votación electrónica vigente desde 1996.
En Río de Janeiro unas 3 mil personas marcharon en Copacabana, la mayoría sin cubrebocas.
“Lo que queremos es un recuento público de votos”, declaró a la agencia de noticias Afp el manifestante Ronaldo Calvalcante, de 46 años.
Bolsonaro, quien buscará la relección en 2022, no pide que se vuelva a las papeletas, sino que se imprima un recibo después de cada voto en la urna electrónica, para que pueda haber un recuento físico.
Para los analistas, lo que el gobernante neofascista está haciendo es preparar el terreno para impugnar el resultado en caso de una derrota, como lo hizo en Estados Unidos el ex presidente Donald Trump.