Tokio. La velocista de Bielorrusia que reveló que su equipo olímpico intentó obligarla a regresar a su país, donde temía por su seguridad, recibirá una visa humanitaria de Polonia, dijo un funcionario polaco el lunes.
Krystsina Tsimanouskaya solicitó ayuda en la embajada polaca en Tokio, explicó Vadim Krivosheyev, de la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva (BSSF, por sus siglas en inglés). El grupo compró un boleto de avión para que la atleta viaje de Tokio a Varsovia el próximo 4 de agosto, informó a The Associated Press.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Marcin Przydacz, dijo más tarde en Twitter que la atleta había recibido la visa.
Al parecer, la disputa comenzó cuando Tsimanouskaya criticó la gestión de su equipo. La velocista, que debía participar en las eliminatorias de los 200 metros en el Estadio Olímpico el lunes, dijo en su cuenta en Instagram que le habían asignado el relevo 4x400, prueba que nunca ha disputado.
En un mensaje grabado y distribuido en redes sociales, Tsimanouskaya explicó que fue presionada por las autoridades del equipo bielorruso y que pidió ayuda al Comité Olímpico Internacional.
"Me presionaron y están intentando sacarme por la fuerza del país sin mi consentimiento", señaló la atleta de 24 años.
El gobierno autoritario de Bielorrusia lleva a cabo una brutal represión contra la disidencia desde las elecciones presidenciales del año pasado, que provocaron una oleada de protestas masivas sin precedentes. El presidente, Alexander Lukashenko, ha perseguido sin descanso a los opositores y recientemente desvió supuestamente un avión a la capital del país, Minsk, para detener a uno.
Según BSSF, partidarios del gobierno atacaron a Tsimanouskaya, quien contactó con la fundación en busca de ayuda.
"La campaña fue bastante seria y una clara señal de que su vida estaría en peligro en Bielorrusia", señaló Alexander Opeikin, vocero de BSSF, en una entrevista con la AP.
Tsimanouskaya reclamó la presencia de la policía japonesa en el aeropuerto de Haneda el domingo y no embarcó en un vuelo hacia Estambul. Funcionarios del Ministerio de Exteriores llegaron al aeropuerto más tarde, agregó Opeikin.
En un indicio de la gravedad de las acusaciones, varios grupos y países señalaron que están ayudando a la corredora. Polonia y República Checa le ofrecieron ayuda y la cancillería de Japón señaló que está trabajando con el COI y los organizadores de Tokio 2020.
El COI, que mantuvo discrepancias con el Comité Olímpico Nacional bielorruso (NOC) — controlado por Lukashenko y su hijo Viktor — antes de los Juegos de Tokio, dijo que ha intervenido.
"El COI (…) está investigando la situación y ha pedido al NOC una aclaración", dijo en un comunicado.