En artículos recientes hemos hablado sobre el armamentismo, el gasto excesivo, las secuelas que este negocio provoca en la sociedad, sobre todo en la población más necesitada. El alto peligro que representan miles de armas sumamente inútiles para resolver la paz mundial o lograr la estabilidad en seguridad interna.
El desperdicio de energía en el rubro militar es muy grande. El procesamiento sin control de recursos naturales no renovables implica la posibilidad de continuar construyendo materiales bélicos. La situación del armamentismo se perfila, una vez más, como una actividad que tendrá que regularse por la comunidad internacional.
Aunque ya se han firmado acuerdos y tratados internacionales, éstos no se han cumplido en todos sus aspectos. Para el restablecimiento de la seguridad mundial se necesita la revisión y renovación de esos documentos y exigir que se cumplan:
Cuatripartito sobre Berlín, 1972. Quienes intervinieron en este acuerdo fueron: la URSS, el Reino Unido, Francia y Estados Unidos. Se firmó durante la guerra fría y se discutía el futuro de Berlín, aunque en el acuerdo, no aparece la palabra “Berlín” refiriéndose a ésta como “el área relevante”. Un ejemplo de violación de los derechos humanos e intervención directa sobre una soberanía.
Adís Abeba, 1972. La revolución en Sudán, significó una preocupación para los países anticomunistas, sobre todo cuando el mandato del presidente Numeiri, declaró que su país sería la emulación de Cuba. Sudán propuso este acuerdo para dar origen a la Región Autónoma de Sudán del Sur. En esta década los países mostraban al mundo sus armas nucleares y alardeaban sobre su potencia para intimidar a naciones socialistas.
Defensa mutua Estados Unidos-Reino Unido, 1958. La defensa mutua entre estos países fue un claro reflejo de la alianza para el dominio en cuanto al fortalecimiento de la avanzada nuclear. Más que un respaldo mutuo ante amenazas bélicas de algún país, fue una alianza estratégica para beneficiarse con la compra-venta de armas nucleares, ya que Reino Unido no cuenta con suficientes minerales uraníferos.
Acuerdos de paz de París, 1973. El de París, es uno de los acuerdos más complicados en la historia de las guerras del siglo XX. Las bajas eran interminables entre la población vietnamita (norte y sur) y el ejército estadunidense. Tardaron años en ponerse de acuerdo entre las partes. La Revolución de Agosto auguraba el triunfo con el líder Ho Chi Minh al frente, quien además fundó el Partido Comunista y la República Democrática de Vietnam. La derrota de Francia, Reino Unido y Estados Unidos (ejército de vanguardia) fue un ejemplo para el mundo. De alguna forma, los acuerdos y demás intentos por firmar la paz, funcionan.
Tratado de Tlatelolco, 1963. Surgió después de una amenaza clara de guerra nuclear. La iniciativa fue del presidente Adolfo López Mateos y firmada por mandatarios de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México. Los cinco países declararon que el tratado era la declaración acerca de la disposición para firmar un acuerdo multilateral con todos las naciones de América Latina. El compromiso era la prohibición de armas nucleares y “una declaración por la que anunciáramos nuestra disposición para firmar un acuerdo multilateral con el resto de países de la región para no fabricar, almacenar o realizar ensayos con armas o cualquier dispositivo para lanzamiento de artefactos nucleares.
El uso de los recursos naturales debe beneficiar a la sociedad mundial. Por ejemplo, en el caso del litio, no sólo es útil para fabricar automóviles eléctricos, también sirve para elaborar medicamentos, entre muchos otros productos. La reserva mundial de este material es de 116.2 millones de toneladas.
En cuanto al uranio, la demanda mundial es mayor a 62 mil 800 toneladas al año. Se calcula que las reservas durarán de más de 100 años. Su utilización para generar energía eléctrica ha sido exitosa y por ello consideramos que su uso en armas es un desperdicio. Es una alternativa para la transición energética, es un elemento seguro para alimentar los reactores nucleares. Australia tiene el yacimiento más grande del mundo, con 27 por ciento del total global.
La búsqueda de nuevas formas de acercamiento y colaboración internacional para encontrar soluciones a los problemas ambientales tendrá que considerar la suspensión efectiva de la producción interminable de armamento bélico. La geopolítica está cambiando, esperemos que sea para una mayor seguridad mundial y para encontrar las mejores vías para satisfacer las necesidades de energía menos contaminante.
