Luego de tres rondas, Carlos Ortiz se mantiene en la zona de preseas y podría hacer historia de subir al podio en el torneo de golf al colocarse en el tercer puesto, al igual que Abraham Ancer, quien escaló posiciones y se ubica en el sitio 11.
“Vamos a dar todo lo que tenemos para ver si podemos conseguir una medalla”, dijo Ortiz, en su primera aparición de la cita veraniega.
Ortiz y Ancer hicieron una tercera ronda competitiva, en la que mostraron un alto nivel golfístico, luego de que se concluyera la anterior al estar interrumpida por la lluvia en el campo del Kasumigaseki Country Club.
Ancer dio una cátedra de templanza al mantenerse y escalar para pasar del sitio 20, con score -4, al 11 y -9. Seis birdies lo impulsaron en la tabla, pese a un bogey en el hoyo nueve.
“Los dos estamos en muy buena posición, ¡hay que darle con Tokio! Esperamos regresar con medallas”, sostuvo Ancer, quien saldrá con el grupo conformado por el irlandés Shane Lowry y el australiano Cameron Smith, mientras a Ortiz le toca con el colombiano Sebastián Muñoz y Rory McIlroy, de Irlanda.
Cinco jugadores estuvieron en el liderato en algún momento de la tercera ronda. El estadunidense Xander Schauffele, el astro local Hideki Matsuyama y el mexicano estaban empatados al jugar el hoyo 18 en el penúltimo recorrido.
Schauffele, quien pasó buena parte de su ronda en los bunkers y el rough, se las ingenió para finalizar la jornada con ventaja de un golpe, en el mismo lugar donde la inició.
Su hierro 9 desde el fairway –algo desconocido para él este día– dejó la pelota a centímetros del hoyo.
El birdie lo colocó con 3 bajo par, 68. Ahora acumula 199 impactos, 14 bajo par.
Junto a él estaba Matsuyama, el campeón del Masters de Augusta en el que Japón ha fincado sus esperanzas de una medalla de oro. Se recuperó de Covid-19 hace apenas un mes y señaló que jamás se habría imaginado estar en esta posición.
El anfitrión firmó 67 impactos y partirá en el último grupo con Paul Casey, quien terminó con 66 golpes en su intento por mantener el título para Gran Bretaña. Estaba a dos de distancia junto con Ortiz, quien cerró su ronda con un bogey en el 18.
“El campo es traicionero”, señaló el mexicano. “Siento que quizás pude hacerlo mejor con los putts. De todas formas, me fue bien. Estoy en una buena posición y eso es lo único que importa”.
Fue una jornada dramática con ocho jugadores separados por tres golpes de distancia. No es inusual en el golf al más alto nivel, salvo que sólo tres saldrán del campo con una medalla al cuello.