Los mecanismos de participación ciudadana, como la consulta popular, son medios para fortalecer la democracia que deben convertirse en tradición y que en la Ciudad de México se desarrollaron a la par que el pluralismo representativo al pasar de un régimen de excepción, donde no se tenía remotamente la posibilidad de elegir a sus gobernantes, a una entidad que cuenta hoy con una Constitución y una ley en la que se reconocen una veintena de modalidades, señaló la consejera del Instituto Electoral (IECM), Carolina del Ángel Cruz.
Explicó que a partir del plebiscito de 2002 que organizó el entonces IEDF sobre los segundos pisos del Periférico, se han realizado en la ciudad cuatro elecciones de órganos de representación vecinal, 11 consultas sobre presupuesto participativo, ocho más de diversos temas y un observatorio ciudadano.
Tres décadas de pedir opiniones
Al hacer una exposición sobre las experiencias del organismo en materia de democracia participativa, Del Ángel aludió al plebiscito realizado el 21 de marzo de 1993, promovido por integrantes de la entonces Asamblea de Representantes del Distrito Federal y organizado por la Fundación Arturo Rosenblueth, en el que se pidió a los ciudadanos responder tres preguntas: “¿Está de acuerdo en que los gobernantes del DF sean elegidos mediante el voto directo y secreto de los ciudadanos?, ¿Está de acuerdo en que el DF cuente con un Poder Legislativo propio? y ¿Está de acuerdo en que el Distrito Federal se convierta en un estado de la federación?”
La consejera, quien participó en un conversatorio sobre la importancia de la participación ciudadana como herramienta de construcción y fortalecimiento de la democracia, con el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana del Estado de Chiapas, refirió que la Ley de Participación Ciudadana expedida en 2010 significó un avance en la definición de derechos para la gente en el que se incluyen una docena de mecanismos participativos.
Posteriormente, con la Constitución capitalina de 2017 y la nueva Ley de Participación Ciudadana de 2019, la capital cuenta con una veintena de mecanismos de democracia directa, instrumentos que inciden en la participación y control, gestión, así como la evaluación de la función pública, como son el referéndum, el plebiscito, las consultas popular, ciudadana y pública, la revocación de mandato, los recorridos por barrios y la silla ciudadana.
Oswaldo Chacón Rojas, consejero presidente del IEPC-Chiapas, señaló que los organismos públicos locales electorales tienen la obligación de promover todas las vías de participación que se han instituido para fortalecer la democracia participativa; agregó que con la consulta pública, como la que se realizará este domingo, se debe mandar un mensaje claro de que los ciudadanos queremos ser escuchados “y que esto se convierta en una tradición”.