Aunque algunos indicadores económicos en México han comenzado a recuperarse de forma gradual, no será sino hasta el final de esta administración cuando se pueda llegar al nivel que había en diversos ámbitos antes de la pandemia, por lo que el actual podría ser un “sexenio perdido” en materias de empleo e ingresos, advirtieron investigadores especializados en el tema, quienes señalaron que aunque los programas sociales evitaron mayor empobrecimiento en los sectores más vulnerables –en particular los de zonas rurales–, dichos esquemas no han ayudado a disminuir la pobreza en términos generales, porque sólo algunos grupos reciben el apoyo y hay fallas de diseño y aplicación.
Roberto Gutiérrez, jefe del departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que, si bien se han restablecido algunas de las plazas laborales que se perdieron por la emergencia sanitaria, la reactivación económica del país aún llevará tiempo.
“Podemos tardar varios años: el cálculo es que hasta que termine el sexenio regresaríamos a los niveles existentes al final del gobierno anterior, por lo que el actual podría convertirse en un sexenio perdido en términos económicos”, lamentó.
Al analizar los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2020 –dada a conocer el miércoles pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía–, el académico señaló que aunque los programas sociales ayudaron a que los sectores más precarios no vieran agravada su situación, dichos subsidios sólo se otorgan a grupos como jóvenes, adultos mayores o madres solteras, pero no a personas en edad laboral que han quedado desempleadas.
Por su parte, Fiorella Mancini, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, refirió que aunque la Enigh 2020 ofrece números “preocupantes” –como la caída en los recursos de 90 por ciento de las familias mexicanas–, en realidad no son datos inesperados, porque ya existían indicios claros de que la pandemia de Covid-19 había afectado seriamente los ingresos.
“Todo converge hacia un aumento de la pobreza, la reducción de los ingresos en zonas urbanas y el problema de la heterogeneidad de los programas sociales: cubren a muy poca gente y hay disparidad en cómo se asignan a los deciles más bajos y más altos de la población”, lo cual deja ver problemas en el diseño institucional de esos esquemas.”