Lo cierto es que la oportunidad es magnífica. Ojalá que la sepamos aprovechar…
En otros lugares una experiencia como la que tendremos mañana los mexicanos, el 1º de agosto, resulta ser algo frecuente. Sin embargo, nosotros no estamos acostumbrados a que el ejercicio de la democracia no debe concretarse a una pasadita por las urnas cada tres o seis años… La opinión del ciudadano debe hacerse presente con más frecuencia, lo mismo para cuestiones de “gran calado”, como sucederá mañana, que para asuntos de un determinado espacio y de una relevancia mucho menor.
Pero en el caso que nos ocupa, tenemos la oportunidad de otro –como dijo un locutor tapatío–, de reconciliarnos con un pasado que nos ha dejado heridas que no pueden cerrar. De entre quienes se pretende que nos respondan a muchas acciones que consideramos indebidas los hay que actuaron con cabal omnipotencia y no siempre con las manos limpias. Lo que se persigue es conseguir la manera de pasarle factura, si es el caso, a los todopoderosos y enfrentarlos a sus propios abusos.
Cabe recordar especialmente a aquellos que son tan conservadores que hasta parecen añorar la dominación española, la antigua existencia, mayormente en América, y en la época de los Austria, de los llamados “juicios de residencia”, mediante los cuales hasta los virreyes y demás funcionarios importantes pasaban obligatoriamente por la báscula y daban oportunidad a quienes tenían noticias de abusos y arbitrariedades de ponerlas en el tapete.
Ojalá que a la mayoría de los mexicanos les caiga el veinte de la oportunidad que puede abrir esta consulta para que, en el futuro, aun los más poderosos mandatarios tengan la película clara de que después les puede “caer el chamuco”. Bien claro tenemos que muchas barbaridades recientes fueron cometidas en la inteligencia de que nadie los llamaría a cuentas y hubo varias que han costado muchos miles de vidas y le causaron un daño inmenso al país.
No es aceptable que tales personajes vayan tranquilamente por la vida y hasta sigan metiendo sus narices en la política…
Está la votación de mañana tan alejada de nuestros hábitos que resulta difícil alcanzar las millonarias cifras requeridas, pero aun así debe aprovecharse la ocasión para emitir nuestra opinión y que el resultado muestre, al menos, que somos muchos los ciudadanos que ya estamos hasta el copete de que se cometan desfiguros mayúsculos y luego se vayan a sus casas tan campantes a gozar de los ahorritos hechos con sus desplantes…
Sea cual sea el resultado, será un buen paso para abrir esa vía en el futuro y no dejará de ser una señal de alerta de que algún día se pueda conseguir pasar por la báscula a los gobernantes que se hayan pasado de tueste. Pero no cabe duda de que entre más votos se emitan, en un sentido o en otro, el resultado será mejor. Dicen que la madurez política de nuestro país ha crecido en los últimos años. De ser así, la oportunidad de mañana debe ser aprovechada para demostrarlo.
Lo que resulta patético es que la respuesta de ciertos grupos de derecha, tal vez por miedo a que se les pise la cola, sea optar por hacer escarnio del proceso, sin pensar que es mucho mejor un levantamiento de muchos votos que de muchas armas.