Bogotá. La mayor cantidad de narcocultivos del mundo está en la frontera de Colombia con Venezuela, reveló la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el informe de 2020 que una vez más sitúa al primer país como el principal productor de cocaína, pese a una reducción de los sembradíos.
“Norte de Santander se consolida como el departamento con mayor área sembrada en el país, con 40 mil 84 hectáreas”, indicó la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en Colombia, al presentar ayer el informe.
La organización ya había revelado el 9 de junio las cifras generales sobre la vigilancia de cultivos ilícitos en 2020, cuando aumentó 8 por ciento la producción de cocaína (mil 228 toneladas), no obstante una reducción de 7 por ciento en los cultivos sembrados (143 mil hectáreas).
Sin relaciones diplomáticas desde 2019, ambos países comparten una porosa frontera de 2 mil 200 kilómetros.
El gobierno del presidente Iván Duque acusa al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, de proteger en su territorio a rebeldes y narcotraficantes que delinquen en Colombia, acusaciones que Caracas rechaza.
Para la ONU los territorios fronterizos “presentan condiciones favorables” para la siembra de hoja de coca y “su encadenamiento con los demás eslabones de la cadena del narcotráfico”.
De acuerdo con el reporte anual, la siembra y producción se han consolidado en los límites con Ecuador y Venezuela, donde repunta el conflicto armado alimentado por el narcotráfico y la minería ilegal, tras la firma de la paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en 2016.
Durante una presentación virtual del informe, el representante de Unodc, Pierre Lapaque, insistió en que “las hectáreas sembradas con coca siguen a la baja, pero la producción de cocaína sigue al alza” en el país.
En cuanto al valor del negocio del narcotráfico, el reporte calcula que la producción de la hoja genera unos 450 millones de dólares, pero la materia prima transformada en cocaína y exportada a un puerto aumenta su valor a unos mil 800 millones de dólares.
Desde que asumió el poder en agosto de 2018, Duque estableció como prioridad la lucha antidrogas.
Su estrategia tiene como prioridad la erradicación forzada de sembradíos, y la reanudación de fumigación aérea con glifosato, suspendida en 2015 por la justicia por sus potenciales daños a la salud humana.