El presidente Andrés Manuel López Obrador refrendó su compromiso de mediar entre el sindicato minero y el Grupo México, para alcanzar acuerdos en la mina ubicada en Cananea, Sonora, así como en otros asuntos laborales relacionados con esta industria. Ponderó el valor de la conciliación e indicó que durante su administración se han registrado sólo 20 huelgas en todo el país.
Ante la prensa mencionó que si bien la huelga es un instrumento legal y una conquista del movimiento revolucionario, se puede evitar si hay mediación. “Ya regresó Napoleón (Gómez Urrutia, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana), ya se está buscando un acuerdo, es buena la relación con los empresarios mineros, entonces vamos a hacer todo lo que esté de nuestra parte en este caso para que no estalle la huelga.
“Con ese enfoque ponderó el valor de la ‘buena voluntad’ y la conciliación, a diferencia de lo que ocurrió en gobiernos anteriores cuando en lugar de actuar con imparcialidad, siempre tomó partido, incluso eso llevó a la expulsión de Napoleón Gómez Urrutia.
“En el tiempo que llevo en el gobierno tenemos registradas sólo 20 huelgas en todo el país. La verdad, muy pocas, porque se ha mediado y se ha buscado el acuerdo entre las partes y vamos a seguir haciendo lo mismo”, expresó el Presidente.
En la industria minera ubicada en Sonora son múltiples los conflictos vigentes, situación definida por el mandatario como como un sector dividido, confrontado, “hecho pedazos”.
Ahora se negocia, además, el pago de utilidades para hacer compatible el porcentaje legal de este derecho con las prominentes ganancias de esta industria.
También señaló que se trabaja para destrabar otros problemas “heredados” como el de la presa El Zapotillo, en Jalisco. Ahí, la empresa española Abengoa renunció a la concesión de la construcción del acueducto y exigió a la Comisión Nacional del Agua un pago de más de 2 mil millones de pesos.
La construcción de la presa –detenida desde hace tres años– se hizo con dinero público y préstamos de la banca de desarrollo, pero ahora el gobierno deberá invertir al menos para el mantenimiento y evitar inundaciones en la región.