Desde mediados de 2018, aún en el sexenio de Enrique Peña Nieto, resultaba notorio que la tendencia económica (la global y la de México) era descendente y que se avecinaban tiempos difíciles, y si alguien tenía duda ello quedó claramente de manifiesto en el transcurso de 2019. Sin embargo, la pandemia dio la puntilla a cualquier intento, nacional e internacional, de recomponer la situación y en 2020 todo cayó como castillo de naipes.
Algo similar sucedió 10 años atrás, cuando la economía (mexicana e internacional) se desplomó (de 2008 en adelante) y la pandemia de la influenza de 2009 terminó por hundir lo que a todas luces ya era caída libre. Sin embargo, esta plaga fue de mucho menor intensidad y duración que la del Covid-19, la que se ha prolongado por 16 meses y aún hace estragos a nivel global.
Sirva lo anterior para dar contexto a los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2020 divulgada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre los que destaca que el impacto de la pandemia de Covid-19 sobre los ingresos de los hogares mexicanos se tradujo en una disminución de 5.8 por ciento en términos reales (de 53 mil 418 pesos en 2018 cayeron a 50 mil 309 en 2020).
Es destacable, también, que en el periodo 2018-2020, pero especialmente en este último año, el ingreso corriente promedio trimestral por deciles de hogares se redujo en nueve de ellos, pero no en el correspondiente a los más pobres, en donde se observó un aumento de 1.3 por ciento. Del decil II al X todos los hogares vieron sus ingresos disminuidos entre 2.7 y 9.2 por ciento (esta última proporción corresponde al sector de mayor poder económico).
En el balance, el Inegi detalla que la principal fuente de ingreso de los hogares proviene del mercado laboral y en el periodo de referencia registró un descenso de 10.7 por ciento respecto de 2018; el gasto corriente monetario promedio trimestral por hogar también se redujo (12.9 por ciento); en los hogares se dio una disminución del gasto corriente monetario trimestral en el rubro de educación y esparcimiento (44.8 por ciento); vestido y calzado (42 por ciento), y transporte y comunicación (18.9 por ciento); el gasto promedio en el renglón salud aumentó 40.5 por ciento con respecto a 2018; Nuevo León, Baja California y Ciudad de México reportaron el ingreso promedio trimestral más alto del país, mientras que Chiapas, Guerrero y Veracruz registraron el más bajo.
En materia de ingreso corriente promedio trimestral la diferencia entre los hogares es abismal: los que se ubican en el decil X obtienen 16.43 veces más que los del decil I, aunque en el periodo de referencia los hogares más pobres no reportaron reducción en dicho ingreso.
Ahora bien, ¿cuáles fueron los resultados de la pandemia de influenza en 2009? De acuerdo con la Enigh 2010, “no hubo hogar en el país que no padeciera un desplome en sus ingresos: el ingreso corriente promedio de los hogares se desplomó 12.3 por ciento; el ingreso corriente total disminuyó 6.8 por ciento en términos reales; el ingreso monetario decreció 8.2 por ciento y el no monetario uno por ciento; el gasto corriente total promedio por hogar cayó 3.8 por ciento; la diferencia entre el ingreso del decil I y el X fue cercana a veinte tantos. Existen grandes diferencias por deciles de hogares: 10 por ciento de los más pobres dedicaron 49.9 por ciento de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco, mientras que el decil de más altos ingresos dedicó sólo 22.9 por ciento”; el ultimo decil, es decir, el de más altos ingresos dedicó 19.5 por ciento a educación y esparcimiento y el de menores ingresos el 5.4 por ciento.
Las rebanadas del pastel
Calderonistas y peñanietistas gritan a coro: “¡nada supimos, nada compramos!”, pero lo cierto es que el gobierno del presidente López Obrador “encontró 31 contratos relacionados con el software de espionaje Pegasus en los sexenios de (¡sorpresa!) Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, detalló que de las arcas públicas salieron alrededor de 2 mil millones de pesos “para la adquisición de software, hardware, bases de datos, plataformas, licencias y mantenimiento de estos equipos, entre otros”. Entonces, que siempre sí.