Ciudad de México. Petróleos Mexicanos (Pemex) expresó su desacuerdo con Moody’s por la baja de la calificación de la empresa productiva del Estado, decisión que su director general, Octavio Romero Oropeza, consideró “un juicio sumario” en el que hubo falta de profesionalismo de la calificadora.
En la conferencia con inversionistas, el directivo dijo que la reducción en la nota –que pasó de Ba2 a Ba3–, carece de metodología. “Por las contradicciones evidentes que contiene el comunicado de Moody’s, Pemex expresa su total desacuerdo con la decisión tomada por dicha agencia calificadora. Nuestro desacuerdo es técnico y metodológico”.
Consideró que la calificadora realizó un “juicio sumario” con base en argumentos no válidos sobre el origen de los recursos para comprar la refinería de Deer Park, la construcción de Dos Bocas en Tabasco y el pago de la deuda.
Explicó que Pemex informó con antelación que la compra de la refinería que se encuentra en Texas se hará con recursos 100 por ciento provenientes del gobierno federal, lo cual “tira por la borda el razonamiento” sobre la falta de recursos.
Señaló que ha expresado que el financiamiento para construir Dos Bocas es por parte de la Federación.
“Se les informó que los vencimientos de la deuda van a ser pagados por el gobierno federal, no sólo es una declaración, desde este año las amortizaciones han sido solventadas por el gobierno federal.”
“Moody's sabía de esta situación y aún así hizo caso omiso”, destacó.
En un comunicado, Pemex detalló que de manera formal se acogió al procedimiento de apelación disponible para las emisoras, pero la respuesta de Moody’s fue negativa. Pese a ello solicitó a la calificadora información relevante sobre el análisis hecho, con el fin de conocer los elementos metodológicos que tomó en cuenta.
“Creemos que Pemex merece una respuesta transparente de Moody’s”, publicó la empresa tras mencionar los resultados positivos al cierre del primer trimestre.
Ramses Pech, experto del sector energético, comentó que la rebaja de la calificación se traduce para Pemex en un mayor costo en los intereses y las condiciones en que tendrá que ser colocados los bonos en el mercado financiero.
Agregó que la decisión también puede derivar en una rebaja de la nota soberana del país, pero dependerá de cuánto puede aportar la empresa estatal y el pago de la deuda que tiene por vencer.
Ganancias por 14,364 mdp
En el segundo trimestre de 2021 Pemex obtuvo una utilidad neta de 14 mil 364.2 millones de pesos, monto que contrasta con la pérdida de 44 mil 337 millones de pesos del mismo lapso de 2020.
El resultado, detalló Romero Oropeza en conferencia con inversionistas, se explicó por mayores ventas y por el incremento del precio internacional del crudo; además, aseguró que no hay de qué preocuparse, pues el gobierno federal respalda a la empresa y “nunca dejará de honrar su compromiso de deuda”.
En el primer semestre la empresa no logró revertir las pérdidas, que sumaron 22 mil 933 millones de pesos. El monto fue favorable en comparación con el dato observado en el mismo periodo de 2020, que fue de 606 mil 587 millones de pesos.
Explica Moody’s la decisión: no genera recursos para pagar deuda
Dora Villanueva
Moody’s sí contempló el aumento en la producción y en las reservas que ha logrado Petróleos Mexicanos (Pemex) en los pasados dos años, pero se redujo la calificación de su deuda a Ba3 porque la empresa sigue sin capacidad de generar por sí misma los recursos para pagar sus obligaciones financieras y seguir operando, dijo la analista Nymia Almeida, vicepresidenta sénior en el grupo de finanzas corporativas de la calificadora.
Agregó que la baja se debe a los mayores recursos que requiere el negocio de refinación, sumado a la poca capacidad de Pemex para generar liquidez frente a los altos niveles de vencimientos de deuda en los próximos tres años. “Cumplimos con nuestra obligación de reflejar en la calificación los riesgos crecientes”, respondió la analista, luego de que Octavio Romero, director de la petrolera, describió como un “juicio sumario” la reducción de la nota crediticia publicada el martes.
“Por las contradicciones metodológicas evidentes que contiene el comunicado de Moody’s, Petróleos Mexicanos expresa su total desacuerdo con la decisión tomada por dicha agencia calificadora. Nuestro desacuerdo es técnico y metodológico”, expresó el directivo. Es “un juicio sumario” y “nos avergüenza esta actitud de una calificadora”, explicó durante la presentación del reporte trimestral de la compañía, en el cual se informó de ganancias (las primeras en cuatro años para un periodo similar) por 14 mil 364.2 millones de pesos.
Una noche antes Moody’s redujo la calificación de la deuda de Pemex, de Ba2 a Ba3, lo que encarece el costo del financiamiento en los mercados internacionales. Apenas en marzo, el gobierno federal y la petrolera del Estado anunciaron la cancelación de su contrato con Fitch, otra de las principales calificadores de riesgo y la cual tenía la nota crediticia más baja para la petrolera.
En conferencia de prensa, Almeida explicó que para dicha reducción no pesó de manera importante el acuerdo de comprar la refinería de Deer Park ni la construcción de Dos Bocas –en el primer caso porque “no representa algo desde el punto de vista negativo” y en el segundo porque corre a cargo del gobierno–; pero sí se tomaron en cuenta varios puntos mencionados hace meses: que la empresa no cuenta con capital suficiente para pagar sus obligaciones, que depende del apoyo del gobierno y que el negocio de refinación es más pérdida que ganancia.
La analista añadió que sus acciones se basan en “información confidencial” y en el trabajo cercano que se tiene directamente con la empresa. Además reiteró que la calificación de Ba3 otorgada a Pemex –especulativa de acuerdo con la metodología de Moody’s– refiere que la petrolera “sí va a cumplir con sus vencimientos en los próximos tres años, si no fuera el caso, la calificación sería mucho más baja”.
Por su parte, Renzo Merino, integrante del grupo de riesgo soberano de Moody’s, explicó que el apoyo del gobierno federal a Pemex exige uno por ciento del producto interno bruto (PIB) anual. Estas transferencias son uno de los principales riesgos, vinculados a cuentas fiscales, para la calificación de México y de aumentar podrían implicar una reducción de su perfil crediticio; el otro son los costos al alza de las pensiones.