La pandemia redujo la desigualdad entre los hogares mexicanos que percibieron un menor y un mayor ingreso, pero no porque los integrantes de las familias ganaron más, sino porque el 90 por ciento de los hogares en el país vivieron una reducción en sus ingresos en el 2020 respecto de 2018 y cuyo impacto fue más pronunciado en las zonas urbanas, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2020, nueve de cada 10 hogares mexicanos tuvieron una disminución significativa del ingreso corriente; mientras el único decil que no cayó fue en el primero; es decir, el 10 por ciento de los hogares con menores ingresos en el país.
En entrevista con La Jornada, Edgar Vielma, director general de estadísticas sociodemográficas del Inegi, precisó que se cerró la brecha entre el primero y el décimo decil –se ordenan los hogares en deciles desde el 10 por ciento, los que tienen menores ingresos, hasta el 10 por ciento de los que registran los ingresos más altos–, aunque desafortunadamente para mal; es decir, los hogares tenemos menos ingresos.
“Aquí no es un tema de que los ricos dejaron de ser más ricos. Estamos hablando de la caída del ingreso del segundo decil de 2.7 por ciento; o del cuarto decil, que ingresaba 28 mil 714 pesos en 2018 a 27 mil 558 pesos el año pasado, y del décimo, en que los ingresos de los integrantes de la familia, cayeron 9.2 por ciento. Lo que sucedió con la pandemia es que los mexicanos ganamos menos”, detalló Vielma.
Entre el ámbito urbano y rural, la encuesta reveló que en el urbano, donde está 78 por ciento de los hogares mexicanos, se tuvo una caída de 8 por ciento del ingreso y en donde en todos los deciles cayeron; el primero descendió 9 por ciento y el décimo 11 por ciento.
Mientras que en 22 por ciento de los hogares en el ambiente rural, se incrementó el ingreso 3.8 por ciento.
“El sector rural tiene al sector primario como principal actividad productiva; el urbano tiene al secundario (industria, servicios y comercio). Si observamos el consumo de alimentos, particularmente, en los hogares que registró un crecimiento de 5.8 por ciento, la gente dejó de comer en restaurantes, pero gastó más en comprar zanahorias, carne, cereales, etcétera.
“Mientras que en las zonas urbanas se dejó de construir, se cerraron negocios, hoteles; se dejaron de rentar casas, negocios; es decir, afectó el paro de industrias no esenciales en 2020”, aseguró el especialista del Inegi.
El Inegi reveló que el impacto de la pandemia sobre los ingresos de los hogares mexicanos fue de una disminución real de 5.8 por ciento, al pasar de un ingreso corriente trimestral de 53 mil 418 pesos en el 2018 a 50 mil 309 pesos en 2020 (los cuales incluyen percepciones laborales, rentas, transferencias, entre otros).
Los ingresos por trabajo, los cuales son los más importantes en los hogares mexicanos, al aportar 64 por ciento del ingreso corriente total, cayeron 10.7 por ciento en el periodo de referencia.
En tanto, las transferencias; es decir, jubilaciones; indemnizaciones; transferencias de otros hogares y de otros países; así como programas sociales, que representaron 17.6 por ciento del ingreso corriente de los hogares, aumentaron 8.3 por ciento de 2018 a 2020.
“El aumento de las transferencias fue insuficiente para compensar la caída en los ingresos del trabajo, de tal manera que el ingreso corriente total por el empleo registró esa disminución (10.7 por ciento)”, afirmó Julio Santaella, presidente del Inegi, durante la presentación virtual de la Enigh.
Gastan más en salud
El gasto corriente monetario promedio trimestral por hogar fue de 29 mil 910 pesos, lo que representó una caída de 12.9 por ciento, respecto al 2018, cuando se erogó en promedio 34 mil 329 pesos.
La Enigh destacó que el único rubro que incrementó su monto fue el gasto destinado a salud, con un incremento de 40.5 por ciento, al destinar en promedio mil 266 pesos en el 2020, respecto de los 901 pesos en 2018 y 910 pesos en 2016.
Particularmente, los gastos que se realizaban en alimentos fuera del hogar se desplomaron 44.9 por ciento; mientras las erogaciones para la educación retrocedieron 39.3 por ciento, toda vez que el gasto para combustible para vehículos retrocedió 17.2 por ciento, en línea con lo que sucedió en el contexto de la pandemia de Covid- 19.