La comercialización de mariguana a cargo de los cárteles de la droga en México puede considerarse un “fenómeno histórico”, ya que además de la multiplicación de actividades delictivas de estos grupos –como el tráfico de personas, armas y secuestro– el negocio central en narcóticos ahora son las sustancias sintéticas, explicó Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
“Nuestro problema real está en el fentanilo, en las metanfetaminas, en la transformación cultural del narcotráfico que deja el cannabis en una situación de mucha mayor simpleza”, dijo. No quiere decir que los cárteles mexicanos hayan dejado de comercializar mariguana, sólo que ahora ésta representa una fracción menor entre todas sus operaciones, de acuerdo con lo expuesto en el Informe Mundial sobre las Drogas 2021.
En un seminario organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Nieto Castillo presentó los resultados de un modelo de riesgo que la UIF realizó sobre la mariguana. Se encontraron 2 mil 6 reportes inusuales en el sistema financiero, vinculados con mil 855 sujetos.
Sin embargo, en una escala de 1 a 10 –en donde nueve y diez implican mayor riesgo de estar ante lavado de dinero– sólo 15 por ciento de los sujetos tuvieron una calificación mayor a 8. Estos resultados pueden deberse a que, “ante la multiplicación de conductas delictivas de la delincuencia organizada, muchas veces los recursos vienen del secuestro, del fentanilo y no necesariamente de la mariguana”, explicó Nieto.
Con la pandemia, diversos delitos se trasladaron a las plataformas sociodigitales, como la venta de drogas. En este contexto, los activos virtuales también avanzan como un riesgo para el sistema financiero, dado que se llegan a usar como medio de cambio por el crimen organizado. A la fecha, hay en el país 23 plataformas de compra de monedas virtuales registradas ante la autoridad, pero se sabe de 12 que operan en la ilegalidad.
Nieto Castillo recalcó que entre los primeros pasos para cercar al crimen organizado, además de la intervención de su red financiera y de evitar que los políticos le brinden apoyo, se requiere cerrar el tráfico de armas de Estados Unidos hacia México, donde provienen 70 por ciento del armamento que provoca más de 35 mil homicidios anuales en el país.
También dijo que se trabaja en un nuevo acuerdo de compartición de bienes con Estados Unidos, porque el ahora vigente es obsoleto y no tiene en cuenta las regulaciones mexicanas en extinción de dominio, la creación de la Fiscalía General de la República ni de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Subrayó que esta es un área muy importante, porque, además de los activos financieros, “la clase política mexicana es muy dada, preguntémosle a (Francisco) García Cabeza de Vaca, a adquirir inmuebles en Estados Unidos con esta idea de que no les alcanzaría la construcción jurídica mexicana”.