Tokio. Angelina Melnikova, célebre gimnasta de Rusia, se movía entre las barras asimétricas cuando una noticia empezó a recorrer el mundo: su rival, la superestrella estadunidense Simone Biles, se retiraba de la final de gimnasia femenina por equipos de los Juegos de Tokio.

Tras una mala ejecución en un salto del potro, Biles explicó que no estaba en buenas condiciones mentales para competir. Melnikova, en cambio, clavó la salida y apretó los puños cerca del corazón.

No habían llegado ni a la mitad de una de las competiciones más esperadas de los Juegos, y el resultado era casi una certeza: el equipo de Rusia podría destronar a Estados Unidos, que hasta hacía unos días parecía imbatible.

Biles, la cuatro veces campeona olímpica que ha superado todos los obstáculos que el deporte y la vida le han opuesto para llegar a la cima de la gimnasia, mostró su costado más frágil con dignidad.

“Tengo que centrarme en mi salud mental”, dijo Biles; “después de mi actuación no quería seguir. Estuve sometida a mucho estrés. Ha sido una semana larga, un ciclo olímpico largo. Deberíamos estar ahí afuera disfrutando y no es el caso”.

Al final, las rusas se quedaron con el oro al superar a las estadunidenses, con plata, por 3.5 puntos, un margen considerable en este deporte. El bronce fue para Gran Bretaña.

Biles, quien a sus 24 años es considerada como la mejor gimnasta de todos los tiempos, se bajó del tapiz tras ejecutar su salto en potro. Siguió el resto de la competencia de sus compañeras al pie de los obstáculos, vestida con el uniforme del equipo y una mascarilla.

“Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi mente, tratando con demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y no comprometer mi salud y mi bienestar”, explicó la estadunidense.

Se suponía que Biles debía ejecutar un “Amanar”, salto que comienza con una rondada en el suelo para entrar de espaldas al trampolín, y termina con una doble pirueta y media. Pero pareció cambiar de idea durante el vuelo y efectuó solo un giro y medio.

Para asombro generalizado, se retiró de la competición, abriendo las puertas para el triunfo de las rusas. Las estadunidenses, que buscaban un tercer título seguido, se conformaron con la presea de plata.

“No quiero afrontar las otras competencias que me faltan con dudas en mi cabeza”, dijo Biles; “así que decidí que lo prudente era dar un paso atrás y dejar que mis compañeras hicieran su trabajo”.

El equipo explicó en un comunicado que Biles “será examinada a diario para determinar la autorización médica para futuras competencias”. Está previsto que defienda su cetro olímpico en el all round individual el jueves. Además se clasificó para las cuatro finales por aparatos que se disputarán más adelante.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, felicitó al equipo femenino de gimnasia artística y al taekwondín Vladislav Larin por ganar medallas de oro en Tokio.

“De todo corazón les felicito por la merecida victoria, este éxito se convirtió en una valiosa recompensa por su talento y determinación, por su camaradería, solidaridad y la hermosa, elegante ejecución de los movimientos más difíciles”, dice el mensaje dirigido a las gimnastas.