El pueblo de Pisté guarda entre sus raíces: calles, viviendas y espacios urbanos, un legado importante, histórico de la cultura maya y de la época colonial, incluso, en algunos patios de sus habitantes, se encuentran cenotes y restos de edificaciones mayas que pertenecieron a la gran ciudad de Chichén Itzá, y que sobreviven ante el olvido. Hoy, el pueblo hace eco de este gran legado cultura y arquitectónico; arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron los cimientos de lo que fue un cuartel militar de la época de la Guerra de Castas y vestigios del Templo de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en el parque central de Pisté, Yucatán, cerca de la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Ambas edificaciones, las cuales desaparecieron a finales del siglo XIX, destacan por sus materiales de estructuras mayas prehispánicas, que se usaron para su construcción; incluso en algunas piedras, todavía se pueden observar figuras y glifos de la antigua civilización maya.
Estos hallazgos son relevantes, porque demuestra la variada arquitectura de estos templos, donde se unen el pasado maya, el colonial y español de la comunidad; demuestran cómo se ha ido desarrollando el pueblo a través del tiempo, algo que se tiende a ignorar o olvidar.
En entrevista para La Jornada Maya, el arqueólogo José Francisco Osorio León, de la sección de Arqueología del Centro INAH Yucatán, encargado de los trabajos arqueológicos en la modalidad de rescate, platicó sobre la importancia de este proyecto.
Osorio León explicó que en este plaza central se están haciendo obras para la construcción de un nuevo parque, y centro cultural, entonces al hacer los trabajos se encontraron estos cimientos hace unas cuatro semanas, por lo que intervino el INAH para hacer las labores de rescate y análisis.
En estos días, precisó, se han encontrado elementos arqueológicos del recinto religioso que contaba el pueblo, una iglesia colonial que data del Siglo XVIII, que por el paso de los años se colapsó; por lo que no cuentan con los vestigios de lo que fue la nave principal. En sus primeras investigaciones, en el 2010, determinaron que después fue sustituida por la capilla que se puede observar en la actualidad; la cual se construyó de las estructuras de la antigua iglesia.
No obstante, el experto indicó que ni el mismo pueblo tiene conocimientos de esta construcción pues se demolió a finales del siglo pasado. Sólo quedan algunos testigos fotográficos que hicieron los primeros viajeros que llegaron a Chichén Itzá, como el arqueólogo Désiré Charnay.
Posteriormente, en este recinto, originado por la rebelión de la Guerra de Castas, se establece un cuartel militar en las ruinas, y se construyen aditamentos de destacamento militar que ahora están apareciendo a detalle.
De acuerdo con el especialista, sí se tenía cierto conocimiento, por registros fotográficos, de que en este lugar había una edificación de este tipo, en diversos periodos de 1850 a 1880, hubieron varios enfrentamientos en el pueblo, donde los rebeldes tomaron Pisté.
Sin embargo, gracias a estos descubrimientos se puede confirmar que este cuartel, según explicó, pudo ser usado por elementos destacados del ejército mexicano para protegerse de los enfrentamientos durante esta guerra.
Los arqueólogos han encontrado lo que sería la construcción central, la cimentación de lo que fue esta base militar; así como los muros de protección que la delimitaban.
“Es importante porque parte de la historia de la población se ha mantenido en el olvido , y con este tipo de intervenciones se recuperan elementos que estuvieron presentes y son parte de la historia que la gente no conoce”; manifestó Francisco Osorio.
Agregó que esto igual ocasiona que la gente tenga más consciencia sobre el valor cultural e histórico del lugar donde están viviendo todos los días.
Además, han hallado lo que pudo ser un polvorín; donde se pudieron guardar las armas y la pólvora; así como restos de tela, botones y demás artículos formarían parte de los uniformes de los militares, lo que se ha restaurado para su análisis; así como parte de lo que fueron unas escalares.
Por esto, añadió, con estos trabajos están tratando de recuperar la mayor información que se pueda obtener de esta época histórica; de hecho la población actual no conocía que tenía una iglesia más grande, además de la capilla que hay actualmente.
Mezcla de elementos arquitectónicos
A su vez, el arqueólogo resaltó que con los trabajos de rescate se ha podido comprobar que existe una mezcla de elementos arquitectónicos, piedras labradas, que datan de la época prehispánica; que se usaron para la construcción del cuartel militar y de iglesia. “Pisté fue un grupo de Chichén, aquí cerca hay un cenote y en los patios de las casas hay pirámides y estructuras arqueológicas con decoraciones similares, con guerreros y otros personas, a las que hay en Chichén”; detalló.
Incluso en la parte superior de lo queda de la capilla se puede observar tres atlantes distribuidos; y en las paredes y el resto del cuerpo se pueden ver columnas con guerreros y otros tipos de relieves en las escaleras.
“Para la construcción de los recintos cristianos nuevos, usaron los antiguos templos y los elementos que fueron parte de las estructuras arqueológicas, que usaron como material de construcción”, especificó.
La cultura maya se resiste al olvido
Para Sergio de la Cruz, uno de los arqueólogos quien dirige los trabajos de excavación, posiblemente los indígenas mayas que trabajaron en la edificación de estos nuevos eficacias, colocaron con toda la intención estas piedras labradas, con símbolos y figuras mayas, en varias partes, paredes, del recinto religioso y militar, para que haya un testigo de lo que fue su civilización.
También comentó que este tipo de edificaciones militares se puedan observar en Mérida, por ejemplo en el área de lo que ahora es Chetumalito existía una plataforma prehispánica, que con la llegada de los españoles se demolió para construir la Ciudadela de San Benito, que fungió como cuartel militar, donde también reutilizaron las piedras para levantar sus muros.
Luego de terminar con las excavaciones y las investigaciones detalladas, el INAH buscará integrar este hallazgo arquitectónico importante para la población, al recinto cultural que se está haciendo en esta zona, además de transformarlo en un museo.