Nueva York., El próximo viernes se lanzará el primer álbum póstumo de Prince, una grabación inédita que permanecía en su bóveda de Paisley Park, el enorme complejo que mandó construir el fallecido músico estadunidense cerca de Minneapolis.
Welcome 2 America, álbum de 12 temas terminado en 2010 y archivado por razones desconocidas en la bóveda del complejo, ofrece una visión profética de las luchas sociales, el racismo, la fractura política, la tecnología y la desinformación que impera en Estados Unidos.
Fusionando lirismo con un funk suave, Prince describe a Estados Unidos como “land of the free/home of the slave” (tierra de los libres/hogar del esclavo).
El artista, quien murió a los 57 años el 21 de abril de 2016 por una sobredosis accidental de fentanilo, no podía saber que en los años posteriores a su deceso Minneapolis, su amada ciudad natal, estallaría en un furor de protestas tras el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía blanco.
Sin embargo, Prince era un activista de carrera que abogaba por el empoderamiento de los afroestadunidenses, no sólo en la industria discográfica.
“You go to school just to learn/about what never existed” (Vas a la escuela sólo para aprender/ sobre lo que nunca existió), canta Prince en el tema de cierre One Day We Will All B Free (Un día todos seremos libres).
En el álbum, Prince lanza “un ataque como enfocado con un láser a la condición de Estados Unidos”, destacó Morris Hayes, durante largo tiempo tecladista y director musical de Prince.
“Lo que pasa con las redes sociales, la justicia social y la conciencia social... este es un esfuerzo conjunto para hablar realmente sobre estas cosas”, agregó Hayes, quien coprodujo el álbum.
“Realmente me gustó el material crudo, y en lo que respecta a mi producción, sólo quise mantenerlo en bruto y no interponerme en lo que trata de decir”.
Para Hayes, el artista “era un adelantado”, como un “sabio sentado en algún lugar del Himalaya”, al presagiar el momento actual.
“Él deseaba, creo, un país que realmente represente lo que dijo querer representar: libertad y justicia para todos”, expresó Hayes en una entrevista. “Y sabemos, dolorosamente, que ese no es el caso”.
Según Hayes, para Prince un componente clave de la libertad era la propiedad: “Si no eres dueño de tus propias cosas, no tienes libertad”.
Hayes agregó que Prince, quien no cargaba celular y memorizaba los números de teléfono necesarios, también habló sobre la libertad en lo que respecta a la tecnología y dispositivos, a los que consideró como algo que “ató de manos a la gente”.
Sin embargo, mientras el álbum aborda temas decididamente importantes, Running Game (Son of a Slave Master) se centra en el racismo, en tanto Same Page, Different Book” toca temas religiosos. También incluye una mezcla de música bailable y lenta.
Unas 8 mil canciones
Una cantidad incalculable de canciones, más de 8 mil, según la sabiduría popular princiana, están almacenadas en la bóveda en Paisley Park, aunque parte de su contenido fue trasladado a Iron Mountain, un depósito con clima controlado en Los Ángeles.
“Fue una locura. Toda esa música, por todo el suelo, toda apilada hasta el techo”, sostiene Hayes.
Recordó que a mediados de los años 90, Prince le comentó que se había tomado un descanso por primera vez.
“Señaló que ‘nunca en mi carrera me había tomado una semana en la que no escribiera una canción y tomara mi guitarra’.”
La divulgación del vasto tesoro musical de Prince es un tema delicado; la superestrella controlaba su trabajo, su imagen y su enigmático personaje cuidadosamente construido. Hacer lo correcto no es un desafío menor.
Antes se relanzaron versiones ampliadas de álbumes emblemáticos, como 1999 y Sign O’ The Times, junto con demos de canciones que él escribió y que eventualmente se volvieron éxitos de otros artistas.
Prince, quien manejó su patrimonio, ahora en manos de su hermana y cinco medios hermanos, nunca fue claro acerca de sus intenciones de qué hacer con su trabajo no editado, aunque tomó medidas para preservar sus cintas, guiones y música junto con su complejo de Paisley Park, dando a entender que quería que fuera compartido. Cuando la revista Rolling Stone le preguntó en 2014 qué quería para su obra después de su muerte, se mostró característicamente confuso.