El excedente generado por los trabajadores productivos en economías como la estadunidense es grande, estimémoslo al restar al Gross Domestic Product o producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés) la depreciación anual y las compensaciones a los empleados.
Entre 1929 y 2020 –casi cien años– el promedio del consumo de capital fijo fue de 13.5 por ciento del GDP, con bajas hasta 9 y alzas hasta 16 por ciento. Las compensaciones globales a todos los empleados (sueldos, salarios y bonificaciones) promediaron 55 por ciento del GDP, con años de sólo 49 por ciento (finales de los 20). Y otros de hasta 59 por ciento (inicio de los 70).
Si sólo consideráramos lo que autores críticos señalan como trabajos productivos (agricultura, silvicultura, ganadería, pesca, minería, extractivas, manufactura, construcción y bienes de servicio público, como electricidad, gas y agua), el promedio sería del 18 por ciento. Con mínimos de 9 por ciento (2009 a 2019) y máximos de 25 por ciento (inicios de los 50). Si optamos por descontar todas las compensaciones, el excedente disponible sería del orden de 32 por ciento del GDP en promedio. Con mínimos de 27 por ciento (años 80) y máximos del 40 por ciento (inicio de los 40, antes de la guerra).
Si, alternativamente, sólo descontamos las compensaciones de los trabajadores productivos, el promedio se elevaría a 68 por ciento del GDP, con mínimos de 63 por ciento (años 50) y máximos de 75 por ciento (años recientes).
El análisis del ciclo de participaciones mayores o menores tanto del consumo de capital fijo como de las compensaciones, trátese de una u otra alternativa es, en sí mismo, ilustrativo de la marcha de la economía, en este caso la estadunidense, pero preguntémonos cómo tomar una buena decisión de qué compensaciones descontar para ver el nivel de generación de excedente.
Autores como Guglielmo Carchedi y Michael Roberts ( World in Crisis, A Global Analysis of Marx´s Law of Profitability, Haymarket Books, Chicago, Illinois 2018) consideran como productivas las que desde la posguerra habían sido caracterizadas como tales, ya mencionadas antes, agricultura, silvicultura, ganadería, pesca, minería, extractivas, manufactura, construcción y bienes de servicio público, como electricidad, gas y agua. Y hacen ambas estimaciones mostrando volúmenes diferentes de excedente y comportamientos importantes diferentes en particular entre sus trabajadores por las diferentes condiciones de trabajo en años de registro máximo y de registro mínimo y por su variabilidad.
Otros autores también críticos amplían la clasificación de productiva a más esferas. Incluso algunos consideran que las actividades en los mercados financieros son, finalmente, productivos (David Ramsay Steel por ejemplo en From Marx to Mises: Post-Capitalist Society and the Challenge of Economic Calculation La Salle, Ill, Open Court Publishing Co., 1992, 424 pp.). Esas perspectivas alternativas llevan a consideraciones similares. En 2019 el volumen de excedente equivalente en uno y otro caso fue de 16 mil billones estadunidenses de dólares para la alternativa de todas las compensaciones y de 22 mil billones de dólares para la de solamente las de los trabajadores productivos. Volúmenes impresionantes. Veremos su uso, salen cosas muy interesantes y dramáticas.
De veras.