La ciudad de Hamburgo cuenta con la atracción turística con la mayor afluencia de visitantes de Alemania, sólo superada en temporada veraniega por el castillo de Neuschwanstein, en Bavaria, el modelo que inspiró el castillo del logotipo de Walt Disney. Se trata del Miniatur-Wunderland (Maravillosa Tierra de las Miniaturas), el museo de modelismo ferroviario más grande del mundo que recibe mas de un millón de visitantes al año.
En un espacio de 6 mil 500 metros cuadrados en diferentes pisos, el sitio alberga una extensa red de carreteras y vías con trenes a escala. 15 mil 400 metros de rieles recorren diferentes países del mundo, también en miniatura.
Tener un ferrocarril a escala suele ser el sueño de muchos niños. Los hermanos gemelos alemanes Frederik y Gerrit Braun (Hamburgo 1967) lograron llevar a la realidad su deseo infantil ya como adultos, en 2001, al unir su talento creativo al empresario Stephan Herz, quien les proporcionó el soporte financiero, aunque para muchos, aquel anhelo parecía estrafalaria idea sólo compartida por los aficionados al modelismo a escala.
Inicialmente, el museo mostraba un recorrido por algunas maquetas alusivas a los atractivos de Hamburgo, así como edificios o monumentos famosos de algunas otras ciudades de Alemania. Actualmente se recorren diferentes regiones del mundo, como Escandinavia, Suiza, Austria, Francia, Mónaco e Italia, incluidos los espectaculares monumentos de Roma. También recrean aspectos del viejo Oeste estadunidense y está en planeación un ambiente del carnaval de Río de Janeiro, Brasil.
Este original lugar se encuentra en permanente construcción y remodelación, en concordancia con los ina-gotables recursos creativos de sus fundadores. No sólo se pueden apreciar las pequeñas comunidades, construcciones y paisajes, sino también aspectos culturales de la cotidianidad de varias urbes, con simpáticas escenas que reflejan el temperamento de sus habitantes Así, por ejemplo, sobre Italia hay una escena en la que una madre persigue a un joven novio que furtivamente escapa en paños menores del cuarto de la hija. Otra escena es la recreación de equipos de emergencia en acción, pero si el visitante observa con detenimiento, descubrirá a una feliz pareja detrás de unos arbustos disfrutando de eróticos placeres.
Durante la visita, en algún momento los espacios del museo oscurecen para crear una atmósfera nocturna que da lugar a una lluvia de estrellas desde los techos. Además de avanzados recursos técnicos, sus diseñadores han requerido ya más de medio millón de horas de trabajo, y parece no tener fin. “Nuestra idea ha sido crear un mundo en miniatura que de igual manera sorprenda y haga soñar a mujeres, hombres y niños”, han sido palabras de sus creadores alemanes cuando explican su museo.