El 28 de diciembre de 2020, el mero Día de los Inocentes, una “falla” en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) dejó sin electricidad a cerca de 10 millones 500 mil personas en todo el país. En ese entonces, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) indicaron que se trató de “un apagón sin precedente” que se prolongó por dos horas, y que se “cayó” la operación en 16 centrales eléctricas fotovoltaicas y limpias.
El mismo día del apagón, el director de generación de la CFE, Guillermo Nevárez, dio a conocer que “fue necesario desconectar a los 10.5 millones de clientes, que representan 19 por ciento del total, para no tener mayores afectaciones.Perdimos 7 mil 500 megavatios, pero teníamos más de 30 mil. Los protocolos de emergencia funcionaron con rapidez, lo que permitió que se restableciera a la brevedad el suministro. Según la CFE, la afectación fue equivalente a 26 por ciento del consumo nacional, igual al que se tiene en la región del valle de México”.
Esa fue la explicación oficial a botepronto, pero la CFE inició una investigación puntual (realizada por un panel de expertos independientes) para conocer a detalle las causas que provocaron el “apagón histórico” en aquel Día de los Inocentes. Los resultados y conclusiones recién se conocieron, pero lo primero que revelan es que de inocentes ni el día de la ocasión, porque la responsabilidad del siniestro es atribuible a una trasnacional española (Acciona), de esas que generosamente consintieron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes fueron felices intercambiando oro por espejitos (y una que otra coima).
El director general de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, informó que “la afectación al país puso en riesgo al Sistema Eléctrico Nacional, por lo que se tomarán las medidas que sean necesarias y se establecerán las responsabilidades que existan. Respecto a Acciona, tenemos perfectamente determinado lo que realizaron, la responsabilidad clarísima es de ellos. No cumplieron las indicaciones del Cenace, instalaron aparatos de menor calidad, obtuvieron un documento en donde se dice que están bien, un inspector de la CRE, y es mentira, porque la inspección demuestra que no es cierto”.
El SEN “está en riesgo por los cortes que los privados hacen a la red de transmisión para inyectar la energía que generan; con la premura de Acciona que quería instalarse en determinado tiempo para obtener sus beneficios económicos; se abre la línea y se deja sin protección”, dijo Bartlett.
La investigación detectó una “interconexión improvisada de la central eólica San Carlos (de Acciona) sin cumplir los requisitos, (es decir), la balcanización reiterada de las líneas de transmisión para insertar centrales de generación” (privada); la CFE verificará los requerimientos previo a su interconexión; revisará los sistemas de control de velocidad, tensión y protecciones eléctricas en unidades generadoras de centrales privadas que se interconectan”.
La empresa productiva del Estado detalló que “corresponde a la Comisión Reguladora de Energía suspender permisos y contratos de centrales eléctricas sin avances constructivos. Debe diferir, con base en estudios de una planeación integral y factibilidad técnica, las nuevas solicitudes de permisos de generación en zonas sin capacidad de transmisión. Además, se deben identificar las plantas generadoras intermitentes futuras que causarían un riesgo a la confiabilidad hasta no implicar riesgo para el SEN”.
Pues bien, a la española Acciona sólo le falta vender estampitas guadalupanas, porque su telaraña de intereses en México es enorme. Su propia información lo revela: parques eólicos, plantas fotovoltaicas, hidroeléctricas, construcción de universidades, conjuntos residenciales, hospitales, diques secos y puentes, más “iniciativas sociales”, “planes de inversión comunitaria”, “becas en línea”, “servicios de gestión integral de agua”, “jornadas de prevención de cáncer de mama” y mucho más.
El problema es que también se coló a la 4T: Acciona (y Grupo México) se quedaron con el tramo Playa del Carmen-Tulum del Tren Maya (cerca de 18 mil millones de pesos), es decir, se lo adjudicaron a la causante del “apagón histórico” que puso a parir al Sistema Eléctrico Nacional.
Las rebanadas del pastel
Al que obra mal se le pudre la gubernatura, como Samuelito García comprenderá.