Ciudad de México. El espionaje político a través del sistema Pegasus debe ser tomado en cuenta por los ciudadanos al votar en la consulta popular del próximo primero de agosto, en que se preguntará a los mexicanos si están de acuerdo en enjuiciar a los ex gobernantes que incurrieron en corrupción y violación de derechos humanos, planteó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Resaltó que no tiene afán de venganza ni persecución, pero no puede ser “tapadera” de “hechos de corrupción, que son una vergüenza”, de excesos de quienes en sexenios pasados ofrecieron al país como “botín” de empresas extranjeras.
Si la población decide, a través de esa consulta, que se investigue a los ex presidentes, “que la autoridad haga su trabajo”. De actuar por venganza o mala fe, “estaría presentando pruebas de otro tipo” e interpondría personalmente las denuncias “en contra de nuestros adversarios”, subrayó.
Durante su conferencia matutina una reportera preguntó por el escándalo desatado en España, en torno a grabaciones difundidas del ex presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y otros directivos en las que queda al descubierto que obtenían contratos millonarios en el gobierno de Calderón, a cambio de dádivas a la entonces secretaria de Energía y actual consejera de Iberdrola, Georgina Kessel, y a Fernando Gómez Mont, ex secretario de Gobernación, entre otros funcionarios, a quienes pagaban viajes en avión y en hoteles de la capital española, además de boletos para que asistieran a los partidos del equipo merengue.
La compañía de Pérez, el grupo constructor ACS, obtuvo al menos 76 contratos en México, entre 2003 y 2018, por casi 7 mil millones de dólares, precisó la comunicadora y el presidente López Obrador respondió que por ello es necesario que los ciudadanos participen el primero de agosto en la consulta, a fin de que “se investiguen todas estas cosas, si es que así lo decide el pueblo”.
Se refirió a los dispendios cometidos por Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto durante sus respectivos gobiernos. Narró cómo dilapidaban los recursos públicos en viajes al extranjero, particularmente en España y Francia, y cómo favorecían a empresas trasnacionales que “veían a México como tierra de conquista”.
La favorita de Calderón, explicó, era Repsol, a la que hasta vendieron acciones de Pemex y le otorgaron “jugosos contratos para la extracción de gas en la cuenca de Burgos. No extrajeron ese gas, “pero cobraron lo que quisieron”.
Con Peña Nieto “la favorita fue OHL, y desde antes Iberdrola, la empresa encargada del manejo eléctrico en España y muchas otras más”.
Los ex presidentes “iban a España y como se sentían de sangre azul, los colmaban de atenciones, de privilegios” y, a cambio, les abrían la puerta del país de par en par, y sobre todo el presupuesto, pero eso se terminó”. Esas empresas ya no dominan en México”.
El presidente López Obrador expuso, asimismo, que el infarto que sufrió en 2013 fue durante su lucha por frenar la reforma energética y recordó que la Suprema Corte rechazó entonces que se realizara una consulta para que fuera el pueblo el que decidiera si estaba de acuerdo con la privatización de Pemex.
Lamentó que el Instituto Nacional Electoral (INE) y sus consejeros no participen en la difusión de esa consulta popular, pero expresó su confianza en que “el pueblo salga a participar”, a ejercer a plenitud sus derechos.
Por otra parte, comentó que “ojalá el gobierno de Israel actué con respeto a los derechos humanos y acceda a extraditar a Tomás Zerón”, quien está involucrado en el caso Ayotzinapa y enfrenta cargos de tortura, entre otras cosas.
El canciller Marcelo Ebrard, precisó el Ejecutivo, envió una nota al gobierno de Israel para preguntar por la versión de un diario estadunidense, que aseguró se rechazará la extradición de Zerón, en represalia a la política mexicana en torno al conflicto en Palestina. El embajador israelita aclaró que no era una postura oficial.