México cierra el presente mes con alrededor de 78 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 (la mayoría aplicadas y otras a punto de hacerlo; nadie ha “perdido” nada, como insiste la campaña de la derecha), de tal suerte que nuestro país se ubica entre las naciones mejor posicionadas en América Latina y el Caribe, una de las regiones más desiguales del planeta, donde la disparidad se manifiesta en todas las áreas económico-sociales, pero que resulta abismal en el acceso al biológico.
De acuerdo con las estimaciones del gobierno mexicano, en los primeros días de agosto próximo el número total de dosis recibidas superará 80 millones y la cifra crecerá según transcurran las semanas, porque el abasto del biológico se ha regularizado.
Días atrás, el director general de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), Pedro Zenteno Santaella, informó que “con los dos nuevos embarques que llegaron el miércoles pasado, México alcanzó 77 millones 422 mil 585 vacunas envasadas contra el Covid-19”, mientras el coordinador del Sistema Nacional de Distribución de esa misma empresa, Israel Acosta, reiteró que “el reparto de las vacunas es ágil; vamos muy bien en la distribución y entregamos las dosis de manera casi inmediata” ( La Jornada, Carolina Gómez Mena).
Hasta ahora se han aplicado cerca de 60 millones de dosis, lo que ubica a nuestro país entre los primeros 10 lugares de América Latina y el Caribe en administración de la vacuna contra el Covid-19. El gobierno estima que en octubre próximo, más de 80 millones de mexicanos serán inoculados; al menos tendrá la primera dosis toda la población mayor de 18 años.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) informó que al cierre de junio pasado sólo 13 países, de 33 en total, lograron estar por arriba del promedio regional en lo que se refiere a esquemas completos de vacunación. México es uno de ellos, junto con Cuba, Chile, Uruguay y El Salvador, entre otros.
Sin embargo, la diferencia entre las naciones de la región resulta abismal, pues países como Haití, Honduras, Venezuela y Guatemala reportan un frágil esquema de vacunación que no alcanza siquiera a uno por ciento de su población. El caso más dramático es Haití, con una cobertura de cero por ciento, y Honduras, con 0.6 por ciento, lo que complica, aún más, “la dinámica y persistencia del crecimiento económico en 2021”.
El organismo especializado de la ONU reconoce que “existen marcadas diferencias entre países en las tasas de vacunación y gran concentración de la adquisición de vacunas en las naciones más desarrolladas. Al 4 de julio (o última fecha disponible), 46.3 por ciento de la población de Estados Unidos y Canadá había completado su esquema de vacunación, cifra que alcanzaba 34 por ciento entre los integrantes de la Unión Europea; en América Latina y el Caribe, el promedio es de 13.6 por ciento, y 11.3 en el resto del mundo”.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que “una rápida campaña de vacunación es un factor decisivo para evitar contagios y fallecimientos. Los países latinoamericanos más expuestos al riesgo de un súbito aumento son aquellos en los que una proporción muy alta de la población sigue siendo susceptible, mientras se agudizan las dificultades para adquirir dosis de vacunación; el acceso a la vacuna sigue siendo una gran prioridad”.
De acuerdo con su análisis, en América Latina y el Caribe “los confinamientos tempranos y rigurosos no redujeron la cantidad de víctimas diarias. Si bien la tasa de crecimiento de nuevos fallecimientos en la región se desaceleró, la cantidad de nuevas víctimas continuó en ascenso, lento pero constante, y registró su máximo a principios de 2021. Esto fue muy diferente de lo sucedido en Estados Unidos y Europa occidental, donde los fallecimientos diarios cayeron rápidamente durante el segundo trimestre de 2020”.
El organismo financiero multilateral considera que “una explicación posible son los altos niveles de informalidad y los bajos niveles de capacidad institucional de la región. Cuanto mayor es el nivel de informalidad, menor es el impacto de los confinamientos en la tasa de crecimiento de nuevos fallecimientos, en parte porque las personas con empleo informal no pueden darse el lujo de quedarse en casa”.
Las rebanadas del pastel
La cúpula empresarial sigue retrasando la entrada en vigor de la nueva ley sobre outsourcing. A ver para cuándo se le pega la gana.