Pese a las restricciones para desplazamientos por la pandemia en Tokio, la delegación mexicana vive un ambiente festivo en el confinamiento dentro de la Villa Olímpica, donde los atletas cuentan con todo lo necesario y han cumplido con las normas de seguridad, así como los controles antidopaje, aseguró el jefe de misión, Mario García de la Torre.
“No estamos autorizados para movernos, pero adentro el intercambio cultural que se vive en todos los Juegos, entre atletas y con amigos de otros países, persiste”, afirmó García de la Torre en videoconferencia desde una de las estancias de la delegación mexicana.
Comentó que uno de los retos ha sido justamente la movilidad, pues toda la logística de los Juegos procede mediante aplicaciones que les ha costado trabajo descifrar sin personal de asistencia. No obstante, se ha podido cumplir a tiempo con los traslados a los entrenamientos y atender las necesidades.
El dirigente celebró el triunfo de México sobre Francia en el futbol y lamentó que por defecto del fabricante de los uniformes, el jugador Erick Aguirre salió al campo de juego con una camiseta con la bandera mexicana colocada al revés.
“Son miles de prendas y apareció una (mal)”, dijo, y llamó a los atletas a estar atentos al respecto para detectar si surgen más errores. “Estamos preocupados por eso”, señaló García de la Torre,
El directivo, quien terminaba de repartir los últimos trajes de gala para la ceremonia de inauguración en la noche de Tokio, estimó que en el acto desfilarán entre 100 y 110 miembros, incluidos sólo seis oficiales permitidos.
La participación, precisó, es voluntaria, así que algunos atletas se reservan porque tienen competencias cerca, como el tiro con arco, el ciclismo de pista, la gimnasia artística y otros que ya están en acción.
Era esperada la llegada del equipo mexicano de beisbol, sin los dos jugadores que dieron positivo a pruebas de Covid-19.