El primer largometraje del realizador uruguayo Alex Piperno ostenta un título desconcertante: Chico ventana también quisiera tener un submarino (2020), cuya extensión apenas puede sorprender si se considera el título de un cortometraje anterior suyo: La inviolabilidad del domicilio se basa en el hombre que aparece empuñando un hacha (2011). Podría decirse que el carácter fantástico, casi surrealista, de la historia que narra el director y guionista está ya presente desde esa denominación caprichosa que alude a un protagonista juvenil que no tiene nombre (sus colegas de trabajo sólo le llaman Chico) y cuyo posible apellido (Ventana), remite a sus faenas de limpieza a bordo de un crucero que viaja por las costas de la Patagonia. En cuanto al deseo de tener un submarino, éste sólo puede hacer referencia a las repetidas ausencias laborales y la inquietud que tiene Chico (Daniel Quiroga) por explorar un mundo muy distinto al de su rutina diaria. Esa evasión soñada la consigue, de modo insólito, cuando por accidente descubre, en uno de los pasillos del barco, una puerta que le lleva a un departamento muy moderno en Montevideo y al encuentro en él de Elsa (Inés Bortagaray), una joven soltera con la que pronto establece una complicidad afectiva. Por si esta premisa no fuera lo suficientemente fantasiosa, surge al mismo tiempo en un rincón de la selva filipina una extraña choza de concreto que provoca asombro y recelo en los lugareños, y de modo especial en Noli (Noli Tobol), el campesino que la descubre. Todos ven en ella una señal ominosa de posibles maleficios que buscarán conjurar de mil maneras. Lo inquietante es que la única ventana de acceso en esa choza comunica también con los pasillos del crucero en la Patagonia y por ende con la sofisticada vivienda en Uruguay de la joven Elsa.
En una época como la actual en que el cine y muchas series en las plataformas digitales multiplican los relatos fantásticos, plagados de acción, rebosantes de adrenalina, que refieren viajes por el tiempo con un entrelazamiento caprichoso de ubicaciones geográficas y temporalidades siempre cambiantes, lo que aquí propone el uruguayo Alex Piperno se sitúa en las antípodas del rutinario cine de aventuras y emociones fuertes. Los tres personajes centrales (Chico, Noli y la propia Elsa), se muestran opacos, desprovistos de carisma, y responden como autómatas a vivencias y situaciones extraordinarias. Sin embargo, este cine contemplativo que apuesta por lo surreal y por el absurdo consigue con los largos planos fijos de la cámara de Manuel Rebella y la deambulación casi insomne de sus protagonistas crear una intensa atmósfera de misterio. Chico ventana… es un thriller metafísico que sugiere un encuentro inesperado entre la perturbadora serie Black Mirror y una enigmática ficción de Jorge Luis Borges. El resultado es notable. Por su originalidad y audacia narrativa, esta ópera prima de Alex Piperno obtuvo el premio a la mejor película en el pasado festival de cine contemporáneo Black Canvas de la Ciudad de México.
Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Nacional. 12:00 y 18:45 horas.