Londres. El largo litigio entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y Juan Guaidó, líder opositor, quien se nombró “presidente encargado”, sobre quién puede decidir el destino de 32 toneladas de oro venezolano depositadas en el Banco de Inglaterra, quedó ayer visto para sentencia en la Suprema Corte británica.
“Se nos ha encomendado un exigente trabajo de examen. Nos llevará algún tiempo considerar todos los argumentos y emitir nuestro juicio”, afirmó el presidente del máximo tribunal, Robert Reed, en el tercer y último día de vistas.
Los cinco jueces habían previsto cuatro días de audiencias en este caso de gran tecnicismo jurídico, basado en la interpretación de la ley, sin expertos ni testigos, pero ayer habían escuchado todos los argumentos.
“No sabemos cuándo será la sentencia en esta fase, pero a menudo puede ser varios meses después de la celebración de la vista”, precisó a la agencia de noticias Afp una portavoz del tribunal.
Los magistrados escucharon al abogado de la cancillería británica reafirmar que el gobierno reconoce a Guaidó como presidente encargado de Venezuela “a todos los efectos. Maduro, en cambio, no es reconocido ni respecto de sus actos en su país ni en el plano internacional”, subrayó James Eadie.
Tras proclamarse presidente encargado y haber sido reconocido como tal por medio centenar de países, Guaidó nombró en julio de 2019 su propia dirección paralela del Banco Central de Venezuela.
Estos nombramientos fueron de inmediato invalidados por el Tribunal Supremo venezolano, leal a Maduro. Pero eso no le impidió dirigirse al Banco de Inglaterra afirmando ser el representante legítimo del país y pedirle que no entregara al gobierno los lingotes, valuados en mil millones de dólares, que custodia en sus cámaras acorazadas.
Los abogados del gobierno bolivariano argumentaron que “este caso se refiere esencialmente a asuntos internos de Venezuela” donde el poder de facto está en manos de Maduro.
Hace un año, un juez de lo mercantil de Londres impidió a la administración chavista acceder al oro. Pero el tribunal de apelaciones inglés anuló esta decisión en octubre, considerando que la administración de Boris Johnson podía reconocer de facto el poder de Maduro, con cuya administración sigue manteniendo relaciones diplomáticas.
Por lo pronto, el presidente de Venezuela denunció que intentan robarse las reservas de su país. “Más de 2 mil millones en oro. Las barritas depositadas en el Banco de Inglaterra, dicen que pertenecen a un gobierno que no existe en Venezuela, inventan un gobierno de la Narnia, de la fantasía para robarnos las empresas, el dinero, las cuentas y para robarle a Venezuela el oro; piratería del siglo XXI”, sostuvo en una transmisión del canal estatal Venezolana de Televisión.