Quito. El presidente Guillermo Lasso decretó el jueves estado de emergencia y control militar y policial en los centros carcelarios luego de enfrentamientos entre bandas rivales que en las últimas horas dejaron 22 reclusos fallecidos y decenas de heridos en dos cárceles de Ecuador.
El mandatario afirmó en rueda de prensa que "a las mafias que pretenden amedrentar a este país quiero decirles que se equivocan… Se equivocan si creen que nos va a temblar la mano. Les quiero decir que todos ustedes serán derrotados. Vamos a usar todo el poder de la ley para imponer el estado de derecho y garantizar la paz y los derechos humanos en los centros carcelarios de Ecuador". Añadió que ha cesado de sus funciones al director del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad, Edmundo Moncayo, y nombró en su reemplazo al coronel retirado del ejército, Fausto Cobo.
Los hechos se produjeron entre la tarde y noche del miércoles en la principal prisión de Guayaquil —la Penitenciaría del Litoral— y en la cárcel de Latacunga, en el centro del país, donde ha quedado un saldo de al menos nueve policías y 57 detenidos heridos, producto del enfrentamiento con fusiles y granadas al interior de esos centros, cuyas zonas administrativas quedaron con importantes daños.
Las prisiones de Ecuador están bajo control interno de los denominados guías penitenciarios, civiles con mínima preparación, mientras que la policía únicamente puede acceder a las prisiones en caso de emergencia.
El coronel de policía, Marcelo Castillo, dijo horas antes a la red de televisión Ecuavisa que los fallecidos fueron “brutalmente asesinados” en Guayaquil, mientras se encontraban en el huerto de la penitenciaría. “Fue una ejecución, venganza, rivalidad lo que ha pasado en ese lugar”. Aseguró que al inicio del motín, 54 mujeres, que cumplían visita conyugal fueron retenidas porque los efectivos policiales tuvieron que gestionar su liberación.
La policía informó en su cuenta de Twitter que se registró un intento de fuga en la cárcel de Latacunga, donde los presos habían logrado abandonar el reclusorio y fueron neutralizados en un terreno baldío cercano, donde logró recapturar a 78 presos.
Oswaldo Coronel, gobernador de la provincia de Cotopaxi, donde está la prisión de Latacunga, destacó que “el dato exacto de los presos que se han fugado no lo tenemos aún, porque el centro quedó muy afectado, las seguridades tanto internas como externas … fueron destruidas”.
El ex nministro de Gobierno, Gustavo Larrea, aseguró a The Associated Press que esos enfrentamientos se producen entre mafias de crimen organizado "vinculadas al narcotráfico que tienen un relativo control de las cárceles, además quieren dominar temas de sicariato y las rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos y Europa”. Destacó que es necesaria una reforma profunda del sistema de rehabilitación social, que el Estado retome el control de los centros de rehabilitación, el fortalecimiento de una política contra el crimen organizado y narcotráfico que “han rebasado" su control. "Las cárceles no pueden seguir siendo bodegas de seres humanos”, añadió.
Los motines y mortales enfrentamientos en cárceles de Ecuador son relativamente frecuentes. El último de ellos se produjo a mediados de junio, cuando una pelea entre bandas rivales dejó un saldo de dos muertos y 11 heridos.
A finales de febrero también se registraron motines con sanguinarias acciones de violencia en cuatro grandes cárceles ecuatorianas, con un saldo de alrededor de 80 internos muertos.