Reino Unido exigió ayer un nuevo acuerdo a la Unión Europea para supervisar el comercio pos-Brexit que involucra a Irlanda del Norte, apenas un año después de que cerró el trato, lo que fue rechazado de inmediato por Bruselas. El protocolo formó parte del acuerdo del divorcio, respaldado por el premier Boris Johnson. Las empresas de Irlanda del Norte dicen que perjudica el comercio, y algunos grupos probritánicos han planteado la preocupación de un retorno a la violencia que asoló la provincia durante tres décadas. “No podemos seguir como hasta ahora”, advirtió el ministro del Brexit, David Frost, en el Parlamento. Agregó que Londres quiere un nuevo equilibrio para eliminar la supervisión del acuerdo por la UE, pero el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, fue claro al afirmar que el protocolo no se podía volver a redactar, ya que Johnson y Frost lo habían negociado. La imagen, en el puerto de Belfast, uno de los principales puntos de tránsito de mercancías entre Reino Unido y Europa, con un vehículo en cruce hacia Dublín. Foto Ap