Aunque de tiempo atrás se conoció el indecente operativo de espionaje ilegal en los sexenios calderonista y peñanietista, ahora la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) destapa la cloaca financiera asociada a Pegasus, un malware de origen israelí creado por la empresa NSO y utilizado en México para fisgonear a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos, entre otros. En nuestro país alrededor de 15 mil números de teléfonos celulares fueron intervenidos de forma totalmente ilícita por diversas instituciones de los citados gobiernos.
De acuerdo con el titular de la UIF, Santiago Nieto, si bien el de Pegasus fue un gran operativo de espionaje ilegal en México, también representó un jugoso negocio para los participantes, tanto de la iniciativa privada como de los gobiernos calderonista y peñanietista, que fue utilizado por los involucrados para obtener ganancias ilícitas.
Nieto detalló que “detrás de la empresa israelí NSO, desarrolladora del software Pegasus utilizado para espiar a 15 mil personas en el país, operó una red de transferencias financieras a través de empresas fachada, que se extendieron a Israel, Italia y Estados Unidos. En el gobierno de Enrique Peña Nieto se pagaron 32 millones de dólares por ese instrumento” (alrededor de 640 millones de pesos). Sin embargo, “para la operación de actividades de espionaje en los gobiernos de Felipe Calderón y EPN se establecieron contratos a sobreprecio para beneficiar a la operadora del sistema de escuchas por montos de 5 mil 915 millones de pesos” ( La Jornada, Roberto Garduño y Néstor Jiménez). Así es: espionaje ilegal, además de negocios ilegales con los dineros de la nación.
Más de 6 mil millones salieron del erario para espiar ilegalmente a los mexicanos, en especial a aquellos que consideraron “peligrosos” para los negocios que hicieron calderonistas y peñanietistas durante sus respectivos gobiernos. Sólo para dimensionarlo, con esos dineros el presupuesto anual (2018) de la UNAM se hubiera incrementado 15 por ciento, o si prefiere, el correspondiente al Instituto Politécnico Nacional se hubieraduplicado.
De todas formas, el de Pegasus “no es el primer caso que se tiene reportado en México de adquisición de malware. El primer se remonta a la administración de Felipe Calderón y tiene que ver con la contratación que Genaro García Luna hizo de las empresas de los señores Weinberg para poder contratar el software de NiceTrack”, detalló Santiago Nieto, y toda la información la tienen tanto las autoridades estadunidenses como la Fiscalía General de la República para los procedimientos correspondientes.
El director de la UIF explicó que entre las contrataciones y empresas vinculadas al caso Pegasus se detectó una enorme telaraña de intereses y trasiego ilegal de recursos públicos, como en el caso de Grupo Tech Bull, una empresa con características de fachada constituida por Balam Seguridad Privada. En 2014 contrató con la PGR, particularmente con Tomás Zerón, el malware para espionaje telefónico. Aunado a lo anterior, las contrataciones se remontan al 2012, también durante la administración de Felipe Calderón.
También se tiene información de que se realizaron compras de equipos de Aeronautics, Aerosentinel, entre otras empresas y que finalmente Grupo Tech Bull envía recursos a dichas empresas y a otras a Israel (en donde ahora está Tomás Zerón) e Italia. “Se presumen actos de corrupción con ventas a sobreprecio al gobierno de 2012 a 2018, durante las administraciones de Calderón y Peña Nieto”. Todas las empresas detectadas aparecen vinculadas a la PGR, pero también al Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y gobiernos estatales (por ejemplo, Veracruz, con Javier Duarte, y estado de México). Incluso Banobras tiene contrataciones con estos grupos”.
Las rebanadas del pastel
Entonces, si los negacionistas dicen que “no hay” elementos para enjuiciar a personajes como los citados, la información de la UIF es contundente para proceder contra ellos, quienes no solo violaron los derechos constitucionales de los mexicanos, sino que descaradamente se robaron los dineros de la nación. Y esta práctica no se limita al par mencionado… Felipe Calderón guarda sepulcral silencio sobre Pegasus y el desvío de recursos públicos durante su estancia en Los Pinos, mientras Peña Nieto ni se entera, porque se la pasa muy cachondo con la novia.