Tokio. La nadadora española Ona Carbonell, doble medallista olímpica, se ha visto confrontada a un difícil dilema antes de viajar a Tokio: competir en sus terceros Juegos Olímpicos o quedarse en casa con Kai, su bebé de menos de un año, al que sigue amamantando y que no podrá acompañarla a Japón.
El marido de Carbonell y su hijo Kai, de casi un año, tendrían que alojarse en un hotel aparte y no podrían salir de su habitación de hotel durante los cerca de 20 días que ella estaría en Japón, afirmó en su página de Instagram.
"Para estar con Kai cada día, las veces que fuera, tendría que salir de mi burbuja e ir hasta el hotel, pero pondría en riesgo al equipo", lamentó.
"Me dijeron que las condiciones las pone el Gobierno de Japón y finalmente he tomado una decisión muy dura con mi equipo, mi entrenadora, que me está ayudando mucho y mi familia", dijo Carbonell.
"Espero que a otros atletas les sirvan estas condiciones y puedan llevar a su hijo. Yo lo voy a pasar mal, estaré 'veintipico' días con el 'sacaleches' y espero que cuando llegue pueda seguir con la lactancia y mi bebé se enganche al pecho, porque me importa mucho", agregó.
En un principio, a Carbonell le dijeron que no podía llevarse a Kai, pues las familias de los deportistas no podían viajar con ellos, pero tras ver a otros atletas describiendo su angustia por tener que elegir entre el evento y sus bebés, ella y su entrenador hicieron una petición al Comité Olímpico Internacional.
Hace dos semanas le comunicaron que podía llevar a Kai, pero sólo con sujeción a las normas establecidas por el Gobierno japonés. Los organizadores de Tokio 2020 prefieren no comentar casos individuales, pero se comprometieron a hacer todo lo posible para que los atletas con hijos lactantes puedan competir.