La pandemia de Covid-19 tendrá efectos a mediano plazo en todo el mundo, pero América Latina será la más afectada. Se estima que cuatro años después de la pandemia, la actividad económica en la región será 6.3 por ciento menor que lo indicado por proyecciones realizadas antes de la crisis sanitaria, expuso Geoffrey Okamoto, primer subdirector gerente, del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La caída respecto de las perspectivas del producto interno bruto (PIB) antes de la pandemia se da prácticamente en todos los territorios. En los mercados emergentes de Asia, con excepción de China, es hasta de 8 por ciento; en África subsahariana de 5.5 y en la media mundial de poco más de 4 por ciento. Sólo Estados Unidos reporta un crecimiento de alrededor de 0.5 por ciento por arriba de lo que se estimó antes de la crisis del coronavirus.
Okamoto detalló que, pese a los estímulos fiscales de 16 billones de dólares que desplegaron los gobiernos y la ampliación de 7.5 billones de dólares en los balances de los bancos centrales, se perdieron 22 billones de dólares por efecto del Covid-19, respecto de los que se preveía en enero de 2020. Sin apoyo fiscal, la recesión del año pasado hubiera sido tres veces más grave, alertó.
En ese sentido, “los estímulos monetario y fiscal que aún están fluyendo han de servir como trampolín hacia un futuro más próspero y sostenible, y no como una mera ayuda para retornar a una versión convaleciente de la economía previa a la Covid-19”.
Dijo que se debe recurrir a mecanismos de restructuración de la deuda para agilizar la resolución de empresas no viables y canalizar la inversión a emprendimientos. Además se deben promover políticas laborales activas, como la supervisión y el respaldo de la búsqueda de empleo y la reconversión laboral. Esta última para ayudar a los trabajadores a encontrar plazas en sectores dinámicos de la economía.
Agregó que reformas a los mercados de productos, laborales y financieros pueden elevar el crecimiento anual del PIB per cápita en más de un punto porcentual en las economías de mercados emergentes y en desarrollo en la próxima década, según estimados del FMI.
“Estos países estarían en condiciones de aumentar al doble el ritmo de convergencia hacia los niveles de vida de las economías avanzadas con respecto del ritmo observado en los años previos a la pandemia”, agregó.