La Habana. El cantautor cubano Silvio Rodríguez pidió el miércoles libertad para los detenidos de las inéditas protestas del 11 de julio que no estuvieron implicados en hechos violentos, luego de reunirse con jóvenes que fueron aprehendidos durante una de las manifestaciones.
El autor de "Rabo de Nube" respondió a la solicitud del actor y dramaturgo Yunior García Aguilera (39) y su esposa, la productora cinematográfica Dayana Prieto.
"No sé cuántos presos habrá ahora, dicen ellos que cientos. Pido lo mismo (libertad) para los que no fueron violentos y cumplo con la palabra empeñada", escribió el cantautor de 74 años en su blog Segunda Cita, donde narró el encuentro con García y Prieto.
Al grito de "tenemos hambre", "abajo la dictadura" y "libertad", miles de cubanos protestaron el 11 y 12 de julio en más de 40 ciudades del país, en medio de la peor crisis económica de la isla en décadas y de un fuerte aumento de los contagios y muertes por covid-19.
Las revueltas dejaron un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos.
García, director de Trébol teatro, fue quien solicitó la entrevista con Rodríguez. El 11 de julio cayó preso cuando lideraba a un grupo de colegas artistas que protestó frente al estatal Instituto de Radio y Televisión (ICRT). Fue liberado al día siguiente.
"El encuentro con Yunior y Dayana fue bueno, no exagero si digo que fraterno; hubo diálogo, intercambio, nos escuchamos con atención y respeto", dijo el trovador.
Silvio, que en su juventud fue un crítico incomprendido de la realidad del país, ahora es uno de los artistas más apegados a los ideales de la revolución de Fidel Castro.
Las estrofas de sus canciones son citadas con frecuencia por el presidente Miguel Díaz-Canel en sus discursos.
Lo más doloroso, dice Silvio, "fue escuchar que ellos, como generación, no se sentían ya parte del proceso cubano sino otra cosa. Me explicaron sus argumentos, sus frustraciones".
García también fue uno de los que iniciaron la simbólica protesta del 27 de noviembre pasado frente al ministerio de Cultura, donde 300 jóvenes artistas exigieron libertad de expresión y ser escuchados.
"Tiene que haber más puentes, tiene que haber más diálogos, tiene que haber menos prejuicios; menos ganas de pegar y más deseos de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes", añade Rodríguez.
"Menos costumbre de escuchar a quienes hablan lo mismo con las mismas palabras, década tras década, como si las generaciones no vinieran también con sus propias palabras e ilusiones", pidió este peso pesado de la cultura cubana.
El joven director de teatro describió el encuentro en Facebook: "Fueron 70 minutos de franqueza en los estudios Ojalá. Ninguno convidó al otro a renunciar a sus posiciones ni principios. Fuimos capaces de confrontar nuestras diferencias desde el más absoluto respeto y preferimos concentrarnos en nuestras coincidencias".