“Al cerrar estos lugares se está perdiendo la historia de la ciudad que muchos conocimos”, señala Silvia Camargo, refiriéndose a la Hostería de Santo Domingo, restaurante que se cuenta entre los más antiguos de la Ciudad de México y del que era clienta asidua, a cuyas puertas tocaba en vano el fin de semana.
El establecimiento fue fundado en 1860, según señala el diccionario enciclopédico Larousse de la Gastronomía Mexicana, y desde hace un año, a raíz de la emergencia sanitaria por Covid 19 cerró sus puertas.
El restaurante ya no abrió, por lo que Camargo señala que “deberían examinarse otras posibilidades para que los dueños tengan la posibilidad de reabrir”, pues además de su exquisita comida –comenta ella y otros clientes de la hostería,“era un lugar con tanta historia y una referencia muy importante de aquí de Santo Domingo”, plaza donde se ubicó el convento de los frailesdominicos.
Daniel Donjuán, encargado de un establecimiento enfrente de la hostería, señala que el lugar cerrósus puertas desde “que empezó la contingencia y hasta el momento no han vuelto a trabajar, no han abierto, ni siquiera para hacer el aseo”.
Siguen tocando las puertas
Sin embargo muchas personas, entre ellas clientes habituales y turistas, siguen tocando a las puertas de la hostería sin que nadie los atienda.
Una clienta, Ángela Jiménez Flores, relata: “hoy veníamos a comer aquí, porque los niños ya salieron de la escuela y les ofrecí llevarlos a un restaurante muy antiguo donde se come muy bien, en especial los chiles en nogada”.
Según algunas versiones el restaurante cerró sus puertas meramente por razones económicas y por la dificultad de adecuarlo a las condiciones de la epidemia mediante terrazas y mesas en la calle, por lo que los dueños prefirieron abrir otro local en la colonia Del Valle.
Sin embargo, según otras versiones, hubo conflictos familiares o personales que propiciaron el cierre del famoso restaurante, en cuyo salón principal se exhibía un mural que data de 1956 del pintor Antonio Albanés sobre la vida en la Plaza de Santo Domingo después de la Independencia, y un bodegón del pintor cruzamiento, José Gómez Rosas conocido como el Hotentote, entre otros.
Lo frecuentaban famosos
El restaurante abrió sus puertas a mediados del siglo XIX para ofrecer alimentos e incluso hospedaje. Se dice que entre las personas que frecuentaron el lugar se cuentan Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Cantinflas, al igual que muchos políticos y hasta ex presidentes.
La historiadora Ángeles González Gamio señala que entre los intelectuales que frecuentaron ese lugar se encuentran Salvador Novo, quien fuera cronista de la Ciudad de México; Artemio de Valle Arizpe, célebre escritor que trató del pasado virreinal de México, así como Miguel Lerdo de Tejada, en el siglo XlX.
Según, González Gamio, el predio donde se ubica la hostería “formó parte del convento de Santo Domingo, pero resulta que cuando los dominicos decidieron redificar la iglesia de Santo Domingo adquirieron muchos adeudos y tuvieron que hipotecar parte del convento eventualmente lo perdieron y así fue como nació esta Hostería”.
Durante muchos años la Hostería de Santo Domingo ofreció antiguos platillos de la gastronomía mexicana, principalmente los chiles en nogada, que los ofrecía todo el año, así como los romeritos, la pechuga ranchera con nata, además de 160 platillos más.