El secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, refrendó el apego de la administración encabezada por Claudia Sheinbaum Pardo a los principios que caracterizaron a Benito Juárez.
Al encabezar el acto de conmemoración del 149 aniversario luctuoso del Benemérito de las Américas, realizado en el Panteón de San Fernando, destacó que su legado es la austeridad republicana, la defensa de México, las libertades, el Estado democrático, la lucha contra los privilegios y la supremacía de la ley por encima de cualquier voluntarismo político.
Al acto asistió también el presidente del poder judicial capitalino, Rafael Guerra, con quien hizo una guardia de honor en la tumba de quien fuera presidente de México. También resaltó, ante quienes asistieron a la ceremonia el principio de autodeterminación de los pueblos y no intervención.
“La vida del Benemérito de las Américas, una epopeya”
En representación del Gobierno de la Ciudad de México, que encabeza Sheinbaum Pardo, Batres Guadarrama expresó que la vida del Benemérito de las Américas fue una epopeya, una historia épica, tejida en la adversidad, que evoca una gran cantidad de símbolos y referencias para la actualidad.
Subrayó que Juárez venció las barreras de una sociedad colonial, clasista, de castas y racista. “Se abrió paso de manera sorprendente, hizo una carrera política peculiar, en los tres poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
“Desde muy joven abrazó la causa del liberalismo mexicano, por eso pronunció aquella frase: ¿por qué soy liberal?, porque los liberales son amigos de los pobres”, dijo.
Agregó que Juárez aportó los elementos necesarios para consagrar un principio que muchos años después se plasmaría en la Constitución mexicana, el principio de autodeterminación y no intervención.
Resalta parte de su legado
También resaltó, como parte de su legado, la promulgación de la Carta Magna de 1857 y las Leyes de Reforma, estas últimas, dijo, significaron una transformación en la vida del país con los conceptos de libertad de culto.
Asimismo, la separación entre el Estado y la Iglesia, la creación del Registro Civil y la nacionalización de los bienes eclesiásticos como una forma de redistribución de la propiedad.