El sistema penitenciario federal cuenta con alrededor de mil 200 espacios para internos considerados de altísima peligrosidad. Funcionarios federales revelaron que si bien los centros federales cuentan con los mecanismos para que no se vea amenazada la vida de un preso considerado de alta peligrosidad ni la de otros reclusos en su entorno, hay celdas especiales en las que se ubica a quienes, con base en estudios sicométricos, ameriten estar aislados por el riesgo que representan.
Hasta marzo de este año, en los llamados Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos) existía una población de 16 mil 575 internos y capacidad para 29 mil reclusos, parte de la seguridad de las instalaciones y de los internos consiste en la distribución de los custodios y demás servidores públicos que resguardan las prisiones, por ello el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (Oadprs) instrumenta un programa de certificación para nuevo personal de vigilancia.
Los funcionarios entrevistados señalaron que la decisión para establecer “el grado de peligrosidad depende de la relevancia de las relaciones que los presos tengan con organizaciones criminales, el tipo de proceso que tienen, así como las condiciones personales e incluso sicológicas del individuo. Pero también las condiciones son muy dinámicas, hay sujetos que ingresaron a las prisiones y no tenían un nivel de peligrosidad, pero dentro, por infinidad de razones, asumen un papel de peligrosidad.
“El tema es que nuestros reclusorios son establecimientos preparados para ello. Todos tienen módulos, espacios o áreas destinadas a los individuos que se puedan identificar de mayor grado de peligrosidad, o que no conviene que tengan una actividad de mucha cercanía generalizada con el resto de la población.
“Las actividades de este tipo de personas son determinadas por un comité técnico, y de esa manera se establece qué actividades les son restringidas o acotadas a ciertos espacios.
“Todo ello da tranquilidad de que se cuenta con elementos suficientes para que tengamos bajo resguardo a las personas consideradas peligrosas”, dijeron los funcionarios entrevistados.
En cuanto al programa de certificación, el Oadprs, que depende de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), está desarrollando un centro propio de evaluación, lo que elevará la posibilidad de evaluar hasta a 900 personas al mes.