Barcelona. Los incendios que desde hace días afectan amplias zonas del oeste de Estados Unidos y Canadá han ido reduciendo los recursos de los bomberos, dijeron ayer autoridades.
Más de 2 mil 100 bomberos luchan para contener el extenso incendio Bootleg, en el sur de Oregon, cerca de la frontera con California. Pero algunos debieron retirarse mientras las llamas se expandían en medio de una nueva ola de calor. California, afectada por sus propios incendios, prometió enviar bomberos para ayudar en Oregon.
Canadá recibió a unos 100 bomberos de México para apoyar a sus exhaustos colegas en Ontario, anunciaron las autoridades.
El incendio Bootleg, de lejos el fuego activo más grande en Estados Unidos, afecta un área de más de mil kilómetros cuadrados –mayor al de la ciudad de Nueva York– y sólo está controlado en 7 por ciento, según el sitio web Inciweb.
“El fuego sigue muy activo y su tamaño aumenta por el calor, la sequía y las condiciones del viento”, dice el sitio oficial. Ha destruido al menos 20 casas. En tanto, peligrosas tormentas eléctricas están previstas en California, donde el año pasado el fuego August Complex –el mayor registrado en la historia moderna de ese estado– fue desatado por una serie de rayos.
En Canadá, funcionarios anticiparon altas temperaturas en los próximos días de Alberta a Ontario, aunque no tan elevadas como los 49.6 grados centígrados registrados cerca de Vancouver hace tres semanas.
Cataluña: fuego arrasa 400 hectáreas en parque natural
Por otra parte, un incendio todavía descontrolado arrasó al menos 400 hectáreas de un parque natural de la turística costa catalana, cercano a la frontera entre España y Francia, y obligó a desalojar a 350 personas tras declararse un fuego provocado, presumiblemente, por una colilla lanzada desde un coche, informó este sábado el departamento local de bomberos.
El incendio –cuyo “perímetro continúa inestable”– se prendió el viernes en el límite municipal de Llançà (a unos 20 kilómetros de la frontera francesa), según los bomberos, y afecta las áreas forestales de varios municipios integrantes del parque natural del Cap de Creus, enclave mediterráneo en el extremo noreste de la península ibérica, de gran atractivo turístico.
“Los primeros indicios señalan que el incendio ha sido fruto de una imprudencia al tirar una colilla desde un vehículo, y eso indigna”, explicó a los medios el consejero catalán de Interior, Joan Ignasi Elena. Hizo un llamado a la “prudencia y la autoprotección” de los ciudadanos y afirmó que también se pidió apoyo de equipos franceses.
Más de 200 bomberos catalanes trabajan en la extinción del fuego, con siete helicópteros bombarderos, cuatro de comando y seis aviones de vigilancia y ataque. Siete aeronaves anfibias y dos de carga en tierra han sido enviadas por el gobierno central.
Entre los 350 desalojados se encuentran los vecinos de varias urbanizaciones y más de un centenar de usuarios de casas rodantes y campistas, algunos de los cuales han sido realojados en polideportivos de la zona.
A causa de su clima cálido y seco, España, el segundo destino turístico más importante del mundo antes de la pandemia, sufre cada verano importantes incendios forestales que, de acuerdo con los expertos, amenazan con volverse más frecuentes y violentos como consecuencia del calentamiento global.