Chilpancingo, Gro. El promotor de Sembrando Vida, Gilberto Tapia Mendoza –uno de los tres becarios de ese programa federal secuestrados el jueves por un grupo delictivo que opera en el poblado El Durazno, municipio de Coyuca de Catalán-- fue localizado muerto a balazos la mañana del sábado, informó su familia.
La comisaria municipal de El Durazno, Mariflor Chávez Tello, comentó a su vez que las hermanas Mariela y Mireya Real Barrera, que junto con los otros cinco trabajadores que habían logrado llegar a El Pescado, fueron entregadas a las 6 de la tarde del mismo viernes a efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, y sólo así pudieron salir de la zona.
La funcionaria desmintió que ambas hayan estado secuestradas o retenidas; tenían familiares en el pueblo que les pidieron no llegar a El Pescado ,por el riesgo de violencia. Los promotores iban a elaborar el padrón de Sembrando Vida, lo que permitirá a los campesinos de la región dejar de sembrar amapola en esa zona.
Vía telefónica, un hermano del occiso dijo que la familia demanda al presidente Andrés Manuel López Obrador “que se haga justicia, porque él (el fallecido) iba a trabajar para ese proyecto de Sembrando Vida” impulsado por el gobierno federal.
Responsabilizan a comisaria de El Durazno
El hermano de Gilberto Tapia dijo que los familiares de la víctima “responsabilizamos del crimen a Mariflor Chávez Tello, (la comisaria) de El Durazno, porque se comprometió a entregarlos vivos (a los tres empleados) y al coordinador de dicho programa federal en la Costa Grande, Alejandro Tapia, porque se están deslindando de los hechos.
“La funcionaria sabía lo que pasó y (conocía) al que lo bajó (de la camioneta), que se llama Miguel Ávila, y lo entregaron a los Maldonado y Los Arreola”, añadió.
A condición del anonimato, el declarante confirmó que el cuerpo fue encontrado alrededor de las 9 de la mañana del sábado en La Barrita, a un lado de la carretera nacional Acapulco-Zihuatanejo. Hasta las 15 horas los familiares aún esperaban que les entregaran el cuerpo.
Dijo que el cadáver tenía disparos por arma de fuego y huellas de tortura, estaba “en un lugar muy lejano de donde andaba (cuando) lo interceptaron en El Durazno, en el filo de la Sierra Madre del Sur, y lo encontraron sin vida hasta la Costa Grande, en Petatlán.
El jueves pasado, ocho becarios y promotores del programa Sembrando Vida, pagados por el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, se trasladaban al poblado El Pescado, municipio de Coyuca de Catalán.
Después de pasar la comunidad El Durazno fueron alcanzados por una camioneta y dos cuatrimotos ocupadas por sujetos armados que secuestraron a los tres (un hombre y dos mujeres).
En el caso de Gilberto Tapia, se dijo que era familiar de quienes hace cuatro años cometieron una “gresca” junto al grupo armado que encabezaba Avelino Rauda, y que la gente de la comunidad a la que le hicieron daño lo identificó “y no lo dejaron pasar”, pero no abundó por qué ya no lo entregaron junto con las otras dos jóvenes ni se sabe qué paso con él.
Era un joven emprendedor, “tenía cinco o seis meses en el programa Sembrando Vida”. Señaló que su hermano tenía 27 años de edad, su esposa y un hijo de cinco años; “él estaba muy contento de que ya tenía trabajo, pero no teníamos conocimiento de que lo habían mandado (a El Pescado)”.
“(Hace cuatro años) tuvimos que salir desplazados por esa misma gente (que mató al joven). Nosotros somos de El Mameyal, municipio de Petatlán, nos tuvimos que salir incluso del estado de Guerrero mis papás y (sus) cinco hijos”.