Después del accidentado debut con empate de México ante Trinidad y Tobago llegó la victoria contra Guatemala, pero este resultado no libera de presión al equipo. Gerardo Tata Martino explica que en el proceso de la selección no existen momentos de tranquilidad. Sobre todo cuando se participa en un torneo regional como la Copa Oro en donde “indefectiblemente” se debe ganar.
“Es más difícil recuperarse de malos resultados que de otros más o menos aceptables”, dice el Tata previo al encuentro de esta noche ante El Salvador, el tercero de la fase de grupos.
“Pero los buenos trabajos dan la aparente sensación de tranquilidad”, explica, “porque en un proceso largo, en algún momento habrá periodos de inestabilidad. La presión permanece. Más cuando se compite en torneos de la región en los que tenemos que ganar”.
Martino admite, sin embargo, que ganar ante Guatemala les devolvió un poco de calma para poder concentrarse en el partido ante El Salvador. Pero también –agrega– les recuerda el compromiso que tienen por delante hasta el fin de las eliminatorias mundialistas.
El portero Alfredo Talavera acepta lo evidente: México tiene una obligación de refrendar su posición en la región que disputa la Copa Oro. Lo cierto, admite, es que hay una historia detrás y los jugadores deben responder ante ello.
“El compromiso es doble”, asume Talavera, “porque no sólo hay que ganar un partido, sino quedar campeones; llevamos un peso distinto a otras selecciones”.
La fórmula que comprende es sencilla: si ya han quedado campeones antes, es imperativo conseguirlo de nuevo. Además, Talavera sugiere que dada la jerarquía de varios jugadores en la representación mexicana los coloca en una situación de mayor compromiso.
“Si no lo haces (quedar campeón) eres el peor; si lo haces, es lo normal. Eso lo hace más complicado”, admite.