A partir de la historia familiar de la actriz mexicana Verónica Langer, marcada por la migración constante, se articula el unipersonal Detrás de mí la noche, en el que la misma creadora escénica viaja a sus orígenes para descubrir en su travesía aspectos desconocidos de un doloroso pasado, pero también episodios que reacomodan su presente. Se trata de un mosaico de experiencias que forman un retrato de las vicisitudes de quienes han vivido la violencia de la guerra.

La historia comienza en la Viena de principios del siglo XX, transita por la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil española, pasa por Uruguay y luego por la Argentina de los años 70, hasta llegar al exilio en México.

Verónica Langer, dos veces ganadora del Ariel en 1993 y 2017, en este unipersonal escrito desde el género de la autoficción, se propone reflexionar, dice, sobre la identidad. 

“Hace un tiempo me puse a investigar en torno al pasado de mi familia, pues mi madre fue una sicoanalista muy importante; integrante del Instituto de Psicoanálisis de Viena, en los años 30 del siglo pasado. Y me di cuenta de que había muchos huecos en la memoria y muchas cosas que mis padres no nos habían contado, quizá por los acontecimientos tan violentos de los que tuvieron que ser testigos”, comentó Langer en charla con La Jornada.

De ahí que muchas personas no hablan y guardan silencio, añadió la actriz. “Sin embargo, aun cuando en la actualidad hay muchos crímenes de odio y discriminación, hay que seguir hablando de esos hechos que fueron muy traumáticos para muchas personas y que es un tema que aún no está cerrado”.

La investigación sobre el pasado familiar, explicó la creadora escénica, “representó un viaje tanto interior como exterior, pues fui a Viena, y recorrí el barrio donde vivieron mis padres. Fue una experiencia que me transformó. Se acomodaron muchas cosas de mi infancia y muchas historias de familia, ya que siempre, en todas las familias, hay enigmas o secretos. Por ejemplo, tuve una tía abuela que murió en un campo de concentración y de la que nadie nos habló”.

En la puesta en escena “entretejemos la realidad y la ficción; se oscila entre el pasado y el presente, tiempos en el que van apareciendo distintos personajes y en el que no falta cierto humor, el cual se ve representado cuando se da el encuentro entre dos personas con culturas diferentes, en un contexto de migración”.

La puesta en escena recurre al uso del video, animaciones y paisajes sonoros, con la idea de que la pieza “implique diversos ángulos de interpretación, que sea emotivo, reflexivo y a la vez divertido”.

Detrás de mí la noche es un montaje unipersonal escrito en colaboración con el dramaturgo Noé Morales Muñoz y la misma actriz, con dirección de Juan José Tagle. Se presenta en breve temporada los lunes y martes a las 20 horas en el foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico.